El Renacimiento fue un amplio e importante movimiento cultural producido en
Europa en los siglos XV y XVII. Sirvió de transición entre el Medioevo y la Edad
Moderna, trayendo consigo una profunda renovación del pensamiento, las
artes y las ciencias.
El Renacimiento se caracterizó por el retorno a las raíces grecolatinas clásicas de
Occidente, lo cual significó una revalorización de sus mitos, sus discursos y su filosofía,
luego de siglos de pensamiento dogmático religioso.
CARACERÍSTICAS:
El “retorno a la Antigüedad”, o sea, la recuperación de la tradición
filosófica, artística y política de la Grecia y la Roma clásicas, que
durante siglos el cristianismo había tenido por pagana
El rechazo al dogmatismo cristiano y el inicio de una nueva relación con
la naturaleza, mediada por la ciencia. Esto a la larga condujo al
nacimiento del humanismo, que reemplazó a la fe por la razón como
valor supremo, y en lugar de Dios puso al ser humano como centro del
universo.
Las artes fueron patrocinadas por las altas clases sociales (ya no sólo por la
Iglesia) a través del mecenazgo. Esto financió una importante cantidad de
artistas de la época, y les permitió incursionar en obras de arte de temática no
religiosa o no cristiana.
Se promovieron y realizaron nuevos descubrimientos científicos, nuevos proyectos
de medición y nuevas deducciones, entre las que destaca la sustitución del modelo
geocéntrico del universo (aristotélico) por el heliocéntrico (copernicano).
CONTECTO
HISTÓRICO:
El Renacimiento tuvo lugar al término de la Edad Media, a partir del
siglo XV. Sin embargo, numerosos historiadores fechan sus
antecedentes tempranos en los siglos XIII o XIV.
Su punto de partida fue una época marcada por el debilitamiento del poder
eclesiástico, a causa de la Reforma protestante y de la caída del Sacro
Imperio Romano Germánico. Además, se desarrolló una pronunciada crisis
económica que acusaba el fin del modo de producción feudal, lo cual trajo
consigo un decaimiento en las artes y las ciencias.
En medio de la decadencia medieval, muchos centros de poder europeos buscaron
refugio en un nuevo modelo de Estado, comandado por un autoritarismo monárquico,
así como las artes buscaron refugio en la antigüedad clásica.
Además, en el siglo XVI, además tuvieron lugar los grandes descubrimientos
geográficos europeos, a manos de Cristóbal Colón, Fernando de Magallanes y
Vasco da Gama. Así se abrieron nuevos mercados y nuevas rutas comerciales,
otorgándole cada vez más poder a una nueva clase social en ascenso: la
burguesía, encargados de tender las bases del capitalismo venidero.
El Renacimiento comenzó en Italia, específicamente en las ciudades-república de
Florencia y Venecia, pero también en ciudades monárquicas como Milán y Nápoles,
y en Roma, sometida al dominio papal.
ARTE:
El arte renacentista se puede organizar en
períodos históricos y estéticos distintos:
El Quattrocento o Renacimiento temprano.
El Cinquecento o Renacimiento pleno.
El manierismo o bajo Renacimiento.
El Seicento o barroco
italiano.
LITERATURA:
La literatura del Renacimiento giró en torno al
humanismo y, como en las otras artes, en torno a la
recuperación de los mitos, motivos y la tradición
clásica grecolatina.
Inicialmente, muchas de las ideas platónicas y
aristotélicas fueron recuperadas y puestas al servicio
del cristianismo, lo cual permitió la recuperación de
la preceptiva clásica. Se desarrollaron nuevos
géneros, como el del ensayo, y nuevos modelos
métricos para la poesía (como el soneto y el verso
endecasílabo), así como la novela moderna.
La literatura renacentista fue difundida con enorme
fuerza gracias a la invención de la imprenta y nació
bajo la influencia de tres grandes antecesores: Dante
Alighieri (1265-1321), cultor destacado del dolce stil
nuovo; Francesco Petrarca (1304-1374), autor de un
formidable cancionero escrito en italiano; y Giovanni
Boccaccio (1313-1375), célebre autor del Decamerón.
ARQUITECTURA:
La literatura renacentista fue difundida con enorme fuerza gracias a
la invención de la imprenta y nació bajo la influencia de tres grandes
antecesores: Dante Alighieri (1265-1321), cultor destacado del
dolce stil nuovo; Francesco Petrarca (1304-1374), autor de un
formidable cancionero escrito en italiano; y Giovanni Boccaccio
(1313-1375), célebre autor del Decamerón.
Además, los arquitectos pasaron del anonimato artesanal a
una figuración pública propia de la profesionalización de la
arquitectura. Así, sus obras fueron debidamente
documentadas y sus nombres conservados, a diferencia de los
arquitectos románicos y góticos precedentes.