Las personas tienen formas distintas de relacionarse con la
información disponible en sus cerebros. Algunos se apegan
a ellas y otros son más arriesgados a la hora de modificarla.
Hay quienes insisten de manera testaruda en que poseen la
razón cuando obviamente no es así y hay quienes reconocen
sus errores y simplemente tratan de sacarle provecho a las
situaciones nuevas o desconocidas.
Existen mentes que parecen de
piedra: inmóviles, monolíticas, duras
impenetrables y rígidas, donde la
experiencia y el conocimiento se han
solidificado de manera sustancial e
irrevocable con el paso de los año.
Estas mentes ya están determinadas
de una vez por todas, ya no aprenden
nada distinto a lo que saben, porque
su pensamiento obra por
acumulación y no por selección.
Creen haber visto la luz, cuando en
realidad andan a ciegas, vagando por
un oscurantismo cada vez más
alejado de la realidad.
La mente de piedra no se
permite dudar y aborrece
la autocritica. Sus
fundamentos son
inmodificables e
indiscutibles.
Por otro lado hay mentes
que podríamos llamar
líquidas, que no se
interesan por nada y se
acomodan a las demandas
de la vida sin fijar
posiciones de ningún tipo.
Mentes sin cuerpo propio,
informes, incoloras sin
consistencia ni sustancia,
indolentes y lejanas a
cualquier compromiso:
cerebros sin memoria. Pero
ojo, no es el fluir del sabio
que ha comprendido el
constante devenir y se
monta en él, sino la
negación de la propia
existencia.
La mente líquida no tiene de
qué dudar y desconoce la
autocrítica, porque no tiene
puntos de referencia ni
fundamentos claros.
Y también existen las mentes Flexibles, que funcionan como la ardilla. Poseen un material
básico a partir del cual se pueden obtener distintas formas: no son insustanciales como las
mentes líquidas, pero tampoco están definidas de una vez para siempre como las mentes de
piedra. Pueden avanzar, modificarse, reinventarse, crecer, actualizarse, dudar y escudriñar en
ellas mismas sin sufrir traumas.
Asimilan las contradicciones e
intentan resolverlas, no se
aferran al pasado ni lo niegan,
más bien los asumen sin
perder la capacidad crítica. La
mente Flexible posee
fundamentos y principios pero
no son inmutables.