El síndrome de distrés respiratorio agudo (SDRA) es una
insuficiencia respiratoria aguda grave potencialmente
mortal, caracterizada por un edema pulmonar no
cardiogénico y daño alveolar difuso, los cuales
condicionan una pobre oxigenación en el paciente.
Etiología y Epidemiología
Signos y síntomas
Hipoxemia
Alteraciones radiológicas
bilaterales
Incremento del espacio
muerto fisiológico
Disminución de la
distensibilidad pulmonar
Causas
La causa mecánica del síndrome de dificultad
respiratoria aguda es la fuga de líquido de los vasos
sanguíneos más pequeños de los pulmones, en
dirección a los diminutos sacos de aire donde se
oxigena la sangre.
Causas subyacentes
Septicemia.
La causa más común del síndrome de dificultad
respiratoria aguda es la septicemia, una infección
grave y generalizada del torrente sanguíneo.
Inhalación de
sustancias nocivas.
Respirar altas concentraciones de humo o gases
químicos puede dar lugar a un síndrome de dificultad
respiratoria aguda, al igual que inhalar (aspirar) vómitos
o tener episodios de casi ahogamiento.
Neumonía grave
Por lo general, los casos graves de neumonía
afectan los cinco lóbulos de los pulmones
Lesiones en la cabeza o el
pecho, u otra lesión
importante
Los accidentes, como las caídas o los accidentes automovilísticos,
pueden dañar directamente los pulmones o la parte del cerebro
que controla la respiración
El SDRA se presenta en tres fases
Aguda (1-6 días):
caracterizada por edema alveolar e
intersticial secundario al aumento de la
permeabilidad capilar, acumulación de
glóbulos blancos y rojos, además de
destrucción de neumocitos.
Aguda (1-6 días):
Se caracteriza por la resolución de la
fase aguda, parte del edema se ha
reabsorbido y comienzan a verse
señales de reparación tisular
Crónica (>14 días):
El infiltrado celular está resuelto casi por
completo; en algunos pacientes el
edema se reabsorbe y la inflamación
baja sin concluir en procesos fibróticos.
Diagnóstico
El diagnóstico se basa principalmente en un cuadro de
hipoxemia sumado a infiltrados pulmonares
bilaterales, para lo cual se requiere realizar exámenes
de sangre y radiografía.
Gasometría arterial:
El medir la gasometría arterial nos
permite conocer si el paciente presenta
hipoxemia, además es una medida que
revela la alcalosis en la etapa aguda de la
enfermedad y acidosis en una fase más
crónica.
Radiografía:
Este examen es importante para el
diagnóstico de SDRA debido a que hace
visible el hallazgo clave de infiltrados
pulmonares bilaterales de carácter
“algodonoso”.
Exámenes complementarios:
Es posible que se realicen otros exámenes
como hemograma completo, panel metabólico
básico, hemocultivos, urocultivos y secreción
bronquial, entre otros, con el objetivo de
determinar los elementos desencadenantes de
la enfermedad.
Evaluación
Es importante mantener una monitorización constante
de los signos vitales dado que es posible encontrar,
fiebre, taquicardia, disminución de la saturación,
alteración de la frecuencia respiratoria, los cuales nos
pueden indicar la evolución de la enfermedad.
Dentro del examen físico torácico es posible
observar la aparición de cianosis, alteración de
la mecánica ventilatoria, dificultad respiratoria.
Al examinar el tórax es posible encontrar frémitos palpables,
disminución de la distensibilidad torácica, ruidos respiratorios
asociados a la presencia de secreciones como estertores y roncus y
ruidos asociados a obstrucción en la vía aérea como sibilancias.
Tratamiento
El tratamiento tiene principalmente cuatro focos;
1.Reducir las zonas de pobre
intercambio gaseoso
2.Aumentar la entrega de
oxígeno a los tejidos
3.Disminuir el consumo de
oxígeno del aparato
respiratorio
4.Evitar futuras complicaciones
asociadas al cuadro.
Se utilizan diferentes estrategias farmacológicas para manejar
el edema y controlar el proceso inflamatorio (como
glucocorticoides, antioxidantes, diuréticos, electrolitos,
antiinflamatorios, etc.), ninguna intervención farmacológica
específica ha sido demostrada como efectiva.
La intervención kinésiológica en este caso será fundamental y
va incluir oxigenoterapia, técnicas de permeabilización y
ventilación y, si es que el contexto del paciente lo permite y en
caso de ser necesario, soporte ventilatorio