Carta 1: Enseñar – aprender Lectura del mundo -
lectura de la palabra
Los profesores, tienen la misión de guiar a
los alumnos hacia la obtención de
conocimientos, desarrollo de habilidades o
destrezas, u obtención de ciertas actitudes
y valores.
Según, su preparación les
acredita como personas
que ya cuentan con las
competencias para llevar a
cavo esta función.
Se supone que ya saben lo que
enseñan. Sin embargo, eso no
significa que el profesor lo
sabe todo y que ya no hay
nada que aprender.
Los docentes día a día tienen la
oportunidad de aprender no solo
de los errores de nuestros
alumnos sino también de los
propios.
En cada experiencia y contacto que
tenemos en el proceso de enseñanza y
aprendizaje son caminos distintos que se
recorren, pues no siempre los alumnos
tendrán las mismas dudas que responder
ni mucho menos siempre tendrán las
mismas respuestas que dar a determinada
interrogante.
Carta 2: No permita que el miedo a la dificultad lo paralice
La importancia y el por qué los profesores deben tener una constante preparación.
Muchos logran reconocer esa necesidad, sin embargo, no hacen nada para atenderla.
Se define al miedo como “sentimiento de inquietud
frente a la idea de un peligro real o imaginario”
El miedo se rompe cuando la experiencia rebasa la situacion
En funsión de la
ruptura de un
paradigma
Carta 5: Primer día de clase
uno de los principales problemas a los que se han enfrentado los
docentes en sus primeras experiencias como profesor, es a la
inseguridad y al miedo de no ser capaz de conducir el trabajo.
el miedo es un derecho más al que corresponde el deber de
educar, de asumirlo para superarlo. Asumir el miedo es no huir
de él, es analizar su razón de ser, es medir la relación entre lo
que lo causa y nuestra capacidad de respuesta. Asumir el
miedo es no esconderlo, solamente así podremos vencerlo.
Carta 3: "Vine a hacer el curso de magisterio porque no tuve otra
posibilidad"
Hoy en día es muy frecuente encontrarnos con
personas que se dedican a la docencia solo
“porque no tuvieron otra posibilidad”.
Los profesores tratan con niños, adolescentes, adultos, es
decir, tratan con seres humanos, con los cuales no pueden
estar experimentando haber como lo hacen. Ya que estos
tienen la gran responsabilidad de contribuir en su formación
para que su vida tenga éxitos o fracasos.
Cualquier sujeto puede tener demasiados conocimientos pero no
cualquiera de ellos tiene la capacidad de enseñar ya que no cuentan
con las habilidades que demandan la práctica docente (Didáctica).
Carta 4: De las cualidades indispensables para el mejor desempeño de las maestras
y los maestros progresistas
Un profesor debe contar con cualidades
fundamentales para poder tener un buen desempeño
Un buen maestro no solo lo es por el hecho de haber
obtenido un título o por que domina ciertas estrategias
de enseñanza y aprendizaje, o bien porque tiene dominio
de contenidos temáticos. Un buen maestro, tiene que ser
humilde, amoroso, valiente, tolerante, con capacidad de
decisión, seguridad, sentido de justicia y con parsimonia
verbal.
cuando pensamos en el miedo, llegamos a reflexionar sobre la
necesidad de ser muy claros respecto a nuestras opciones,
lo cual exige ciertos procedimientos y prácticas concretas que
son las propias experiencias que provocan el miedo.
Carta 6: De las relaciones entre la educadora y los educandos
La imagen del profesor ha de
despertar la curiosidad de aquello
a quien se dirige, a la vez que
transmitir firmeza, seguridad y
orden, siempre intentando procurar
un respeto mutuo entre ambos.
La actitud del profesor ha de estar guiada por el
principio de la justicia y la libertad, y que estos
principios se trasladen a sus alumnos.
Defendiendo a los
más débiles y
procurando
siempre que todas
las actuaciones
estén basadas en
unos principios
éticos.
Carta 7: De hablarle al educando a hablarle a él
y con él; de oír al educando a ser oído por él
hay momentos en la enseñanza en los que la maestra, como autoridad al relacionarse
con el educando, establece límites necesarios para que se produzca libertad del
educando, y necesaria para que esa libertad no se pierda en la permivisidad.
La democracia, como cualquier sueño, no se hace con palabras
descarnadas y sí con la reflexión y con la práctica.
Como educadoras y educadores no podemos eximirnos de
responsabilidad en la cuestión fundamental de la democracia brasileña y
de cómo participar en la búsqueda de su perfeccionamiento.
Leducación como un acto político y en este sentido se puede
entender a la educadora o al educador de dos formas, por un lado
puede adoptar una posición autoritaria con fuerte tradición mandona,
con inequívoca inexperiencia democrática enraizada en nuestra historia
puede explicar nuestra ambigüedad frente a la libertad y la autoridad.
Carta 8: Identidad cultural y educación
“no somos lo que heredamos, ni únicamente lo que adquirimos, sino la realidad dinámica
de lo que heredamos y lo que adquirimos”.
Estamos hecho para aprender y de la importancia de la identidad
de cada sujeto en el proceso educador, y en muchas ocasiones
esa identidad se ve contradictoria, ya que somos la confluencia
entre muchos factores; factores sociales y culturales que se ven
enfrentado a nuestros sentimientos y nuestras percepciones.
Carta 9: Contexto concreto-contexto teórico
Los educandos deben construir en sí mismos con la colaboración de la educadora una
situación de disciplina sin la cual no se crea el trabajo intelectual.
Edisciplinas diferentes y separadas. Lo que puede suceder es que determinados
objetivos exijan caminos disciplinarios diferentes.
No hay disciplina si se produce una situación de
movilismo, pero tampoco hay libertad en el
inmovilismo de la libertad a la que la autoridad le
impone su voluntad como criterios para la libertad.
Carta 10: Una vez más, la cuestión de la disciplina
En la transmisión de conocimientos es imprescindible la
experiencia para que se produzca la comprensión.
El profesor debe de constituir un
instrumento contra la lucha social,
que debe de impedir injusticias
como que los alumnos sean
arrastrados por los ideales de la
mayoría.
Es preciso ahuyentar la idea de que existen disciplinas diferentes y
separadas. Una intelectual y otra del cuerpo, que tiene que ver con
horarios y entrenamientos. Y otra disciplina ético-religiosas, etc.