Nace de la necesidad
comunicativa del ser
humano al interpretar con su
cuerpo las situaciones
cotidianas.
Se torna danza al empezar a ser imitado por otros y se convierte en un elemento indispensable en la
trascendencia espiritual del hombre, el traspaso de sabiduría popular y legado histórico cultural
antes del lenguaje oral.
Se involucran elementos sonoros de la cotidianidad e
imitaciones vocales de sonidos del contexto.