La ética estudia la moral y determina qué es lo bueno y cómo se debe actuar.
Cuando hablamos de la ética de un vendedor, estamos hablando
de la conducta que este presenta en su función como
representante de la empresa para quien trabaja, en una
transferencia de un bien o servicio.
Un buen vendedor puede hacer que los clientes regresen, pero uno malo
puede provocar que la empresa no solo pierda clientes, sino también la
confiabilidad y credibilidad del consumidor en general.
Un buen vendedor reconoce la línea fina que divide la venta ética de la venta engañosa.
Al final, mantener una conducta ética en el ámbito comercial
proporciona beneficios a todos los niveles.
Al vendedor, le brinda satisfacción laboral y disminuye su nivel de estrés;
crea satisfacción, confianza y compromiso de los clientes hacia el
vendedor y hacia la empresa que éste representa, y aumenta la
probabilidad de que el cliente recomiende la empresa que representa el
vendedor.