Los síntomas histéricos son en la mayoría de
los casos una representación de aquellos
deseos más secretos y reprimidos.
El fin práctico del tratamiento es
suprimir todos los síntomas posibles y
sustituirlos por ideas conscientes.
El caso presentaba todas las características de una
“pequeña histeria” con los síntomas somáticos y
psíquicos mas vulgares: disnea, tos nerviosa, afonía,
jaquecas, depresión de animo, excitabilidad histérica.
Para Freud, todo síntoma histérico necesita
cierta colaboración somática para que se
pueda dar la conversión. Y dice que donde
este factor no aparece surge entonces algo
distinto de un síntoma histérico, es decir
una fobia o una idea obsesiva.
Freud afirma que aquí se ha producido un
desplazamiento de la sensación ya que en lugar de la
sensación genital que en tales circunstancias habría
tenido que sentir Dora, le sobreviene la sensación de
displacer propia de la mucosa del tramo de entrada del
aparato digestivo.
Se puede evidenciar claramente como la
paciente alude al acto de la masturbación.
Dora acusa a su padre de transmitirle
hereditariamente la enfermedad.Freud
indica que Dora se habría entregado a la
masturbación en sus años infantiles, pero
ella lo niega rotundamente. Con esta
escena ocurrida, Freud lo afirma.
Freud enfrentaba dos cosas: la actitud de la histéria con respecto al amo
y con respecto al saber y por ende se había llegado a respuesta para
ambas cosas la transferencia y la resistencia.
Tanto la resistencia como la transferencia se encuentran asociados
ya que el análisis de la transferencia se empleaba para persuadir al
paciente y quebrar la resistencia del mismo.
La histeria podría reducirse a un no
querer saber y Freud la catalogaba
como afectación de la matriz .
El conocimiento absoluto dentro del cual hay dos reacciones
posibles: un rechazo radical o una adoración sumisa, la adoración
sumisa es tipicamente histérica y en el caso de Dora el punto de
inflexión apareció con la muerte del padre es decir de la de su
primer amo a pesar de que si se puede remplazar al amo.
Freud tambìen elaboró la posición del amo en dos: del lado del haber
dentro del cual se encuentra una irrupciòn internacional y del lado del
deber dentro del cual se dice que la teorìa se había estancado.
En el segundo sueño Freud maldice la deontología que
le obliga a ser discreto ya que una vez más esta
reducción la expulsaba de lo simbólico y cerraba el
círculo como objeto enfrentaba de nuevo la falta del
otro.