El corazón tiene cuatro cavidades: dos aurículas, que reciben sangre
venosa, y dos ventrículos, que expulsan sangre hacia arterias. El
ventrículo derecho bombea sangre hacia los pulmones, donde se
oxigena la sangre; el ventrículo izquierdo bombea sangre oxigenada
hacia todo el cuerpo.
De alrededor del tamaño de un puño, el corazón, hueco, en forma de cono, está dividido en cuatro
cavidades. Las aurículas derecha e izquierda reciben sangre proveniente del sistema venoso; los
ventrículos derecho e izquierdo bombean sangre hacia el sistema arterial. La aurícula y el ventrículo
derechos (a veces llamados la bomba derecha) están separados de la aurícula y el ventrículo
izquierdos (la bomba izquierda) por una pared muscular, o tabique. Este tabique por lo normal evita
la mezcla de la sangre de ambos lados del corazón.
Entre las aurículas y los ventrículos hay una capa de tejido conjuntivo denso conocida como
esqueleto fi broso del corazón. Fascículos de células miocárdicas (sección 12.6) en las aurículas se fi
jan a margen superior de este esqueleto fi broso, y forman una unidad funcional única, o miocardio.
Los fascículos de células miocárdicas de los ventrículos se fi jan al margen inferior y forman un
miocardio diferente.
Circulaciones pulmonar y
sistémica
La sangre cuyo contenido de oxígeno ha quedado parcialmente
agotado, y cuyo contenido de dióxido de carbono ha aumentado como
resultado del metabolismo tisular, regresa a la aurícula derecha. Esta
sangre a continuación entra en el ventrículo derecho, que la bombea
hacia el tronco pulmonar y las arterias pulmonares.
Las arterias pulmonares se ramifi can para
transportar sangre hacia los pulmones, donde ocurre
el intercambio de gases entre los capilares
pulmonares y los sacos aéreos (alvéolos) de los
pulmones. El oxígeno se difunde desde el aire hacia la
sangre capilar, mientras que el dióxido de carbono se
difunde en la dirección opuesta. Por consiguiente, la
sangre que regresa a la aurícula izquierda por medio
de las venas pulmonares está enriquecida en oxígeno
y parcialmente desprovista de dióxido de carbono. La
vía de sangre desde el corazón (ventrículo derecho),
a través de los pulmones, y de regreso al corazón
(aurícula izquierda) completa un circuito: la
circulación pulmonar.
La sangre rica en oxígeno en la aurícula izquierda entra al ventrículo izquierdo y es bombeada hacia una
arteria elástica de calibre muy grande: la aorta. La aorta asciende una distancia corta, hace una vuelta
en U, y después desciende a través de las cavidades torácica y abdominal. Las ramas arteriales
provenientes de la aorta suministran sangre rica en oxígeno a todos los sistemas y, así, forman parte de
la circulación sistémica.
Como resultado de la respiración celular, la concentración de oxígeno es más baja y la de dióxido de
carbono es más alta en los tejidos que en la sangre capilar. Así, la sangre que drena desde los tejidos
hacia las venas sistémicas está parcialmente desprovista de oxígeno, y tiene contenido aumentado de
dióxido de carbono. Dichas venas fi nalmente se vacían en dos venas grandes —las venas cava superior
e inferior— que regresan la sangre con bajo contenido de oxígeno a la aurícula derecha.
Esto completa la circulación sistémica: desde el corazón
(ventrículo izquierdo), a través de los sistemas, y de regreso al
corazón (aurícula derecha)
Válvulas auriculoventriculares y
semilunares
válvulas auriculoventriculares (AV) unidireccionales. La válvula AV situada entre la aurícula y el
ventrículo derechos tiene tres hojuelas; por ende, se llama válvula tricúspide. La válvula AV entre la
aurícula y el ventrículo izquierdos tiene dos hojuelas y, así, se llama válvula bicúspide o, de manera
alternativa, válvula mitral
Las válvulas AV permiten que la sangre fl uya desde las aurículas hacia los ventrículos, pero
normalmente evitan el fl ujo retrógrado de sangre hacia las aurículas. La abertura y el cierre de estas
válvulas ocurren como resultado de diferencias de presión entre las aurículas y los ventrículos. Cuando
los ventrículos están relajados, la circulación venosa de sangre hacia las aurículas hace que la presión
en estas últimas exceda la que hay en los ventrículos; por ende, las válvulas AV se abren, lo que permite
que entre sangre a los ventrículos. A medida que los ventrículos se contraen, la presión
intraventricular aumenta por arriba de la presión en las aurículas, y empuja las válvulas AV para que se
cierren.
Las válvulas semilunares unidireccionales
están ubicadas en el origen de la arteria pulmonar y la aorta. Estas válvulas se
abren durante la contracción ventricular, lo que permite que entre sangre a las
circulaciones pulmonar y sistémica. Durante la relajación ventricular, cuando
la presión en las arterias es mayor que la presión en los ventrículos, las
válvulas semilunares se cierran de golpe, lo que evita el fl ujo retrógrado de
sangre hacia los ventrículos.