Refleja la necesidad de medir y estimar magnitudes
de los fenómenos o problemas de investigación:
¿cada cuánto ocurren y con qué magnitud?
El investigador o investigadora plantea un problema
de estudio delimitado y concreto sobre el
fenómeno, aunque en evolución. Sus preguntas de
investigación versan sobre cuestiones específicas.
Las hipótesis (por ahora denominémoslas “creencias”) se
generan antes de recolectar y analizar los datos.
Debido a que los datos son producto de mediciones,
se representan mediante números (cantidades) y se
deben analizar con métodos estadísticos.
En el proceso se trata de tener el mayor control
para lograr que otras posibles explicaciones,
distintas o “rivales” a la propuesta del estudio
(hipótesis), se desechen y se excluya la
incertidumbre y minimice el error. Es por esto
que se confía en la experimentación o en las
pruebas de causalidad.
Enfoque
cualitativo
El investigador o investigadora plantea un
problema, pero no sigue un proceso definido
claramente. Sus planteamientos iniciales no son
tan específicos como en el enfoque cuantitativo y
las preguntas de investigación no siempre se han
conceptualizado ni definido por completo.
En la mayoría de los estudios cualitativos no se prueban hipótesis,
sino que se generan durante el proceso y se perfeccionan
conforme se recaban más datos; son un resultado del estudio.
El enfoque se basa en métodos de recolección de
datos no estandarizados ni predeterminados
completamente, tal recolección consiste en obtener
las perspectivas y puntos de vista de los participantes
(sus emociones, prioridades, experiencias,
significados y otros aspectos más bien subjetivos).