Gran parte de las mujeres
privadas de su libertad tienen
una historia de violencia de
género detrás
La mayoría de estas
mujeres han sufrido
violencia en el ámbito
familiar, escolar,
comunitario, social e
institucional;
El sistema penitenciario se rige
fundamentalmente por modelos
masculinos
Las y los juzgadores actúan bajo
una errónea conceptualización de
cómo deben ser y comportarse
las mujeres, lo que provoca
prejuicios iniciales.
Prevención: como la mejor
medida para evitar la
delincuencia femenina
las mujeres no deben ser
invisibles
Su aplicación servirá para que no se
produzcan nuevas situaciones de
desigualdad o se mantengan las ya
existentes cuando se decidan introducir
cualquier tipo de cambio en la empresa
Finalmente, aplicar la perspectiva de
género en lo laboral (o cualquier
otro ámbito) es imprescindible si
queremos acabar con las
desigualdades existentes, haciendo
aflorar las causas que se encuentran
tras ellas.
El Artículo 10 de la Ley Nacional de Ejecución
Penal, establece los derechos de las mujeres
privadas de su libertad en un Centro
Penitenciario, entre los que están el derecho
a la maternidad y lactancia dentro de
prisión, así como los derechos humanos de
niñas y niños que viven en reclusión.