También conocido como síndrome plurimetabolico o
síndrome resistente a la insulina es una entidad clínica
controvertida que aparece, con amplias variaciones
fenotípicas, en personas con una predisposición
endógena, determinada genéticamente y condicionada
por factores ambientales
Está conformado por una serie de factores de
riesgo, como la hipertensión arterial, la
dislipidemia, la intolerancia a la glucosa por la
resistencia a la insulina y la obesidad visceral,
elevando la probabilidad de padecer enfermedad
cardiovascular
CAUSAS
Entre las causas adquiridas de RI se destacan la
malnutrición intrauterina, el sedentarismo, el
embarazo, el envejecimiento, la inactividad física, el
consumo excesivo de alimentos de alta densidad
energética y con escaso contenido en fibra dietética,
el hábito de fumar, así como también el consumo de
algunos fármacos (corticoides, andrógenos,
beta-bloqueadores, diuréticos tiazidas, ácido
nicotínico, anticuerpos anti-insulina,anti-receptor de
insulina) , o el aumento de hormonas
contrarreguladoras y la glucotoxicidad provocada
por la hiperglucemia crónica
CONSECUENCIAS
El SM comprende un conjunto complejo de factores de riesgo para enfermedades
cardiovasculares y diabetes, entre los que se incluyen: un aumento de la concentración de
glucosa y triglicéridos sanguíneos, disminución de la concentración de lipoproteínas de alta
densidad (HDL) y del colesterol, aumento de la presión arterial y del diámetro de la
circunferencia abdominal
RECOMENDACION DE SU PREVENCION
La prevención constituye el pilar fundamental para
disminuir tanto la incidencia como la prevalencia de casos
con este síndrome, basada fundamentalmente en medidas
de cambios de los estilos de vida, que incluye la aplicación
de dietas y programas de ejercicios para aumentar la
actividad física con el fin de mantener el peso en los
límites normales para la talla
PAPEL DE LA ACTIVIDAD FISICA Y EL EJERCICIO EN
ESTE SINDROME
Los estudios muestran una especial importancia del
ejercicio en la estabilización del peso corporal después de
una reducción inicial, gracias a una menor reducción en el
metabolismo basal, mejor oxidación de las grasas, y un
balance energético favorable. Adicionalmente el ejercicio
logra modificar significativamente factores de riesgo
cardiovascular como la resistencia a la insulina, la
dislipidemia y la hipertensión arterial favoreciendo así una
menor morbilidad y mortalidad en el paciente con
síndrome metabólico.