Estos modelos nos permiten sistematizar, explicar y diseñar estrategias de intervención tomando en
consideración el diagnóstico de cada persona que se incorpora en el grupo, las demandas de la sociedad
en la que viven y las interacciones que se dan entre los participantes en la dinámica grupal. En este
sentido, se pueden explicar las oportunidades y problemas que afronta cada uno de nosotros en función
del sistema social en el que está inmerso, en función de las pautas de interpretación con las que
orientamos nuestro comporta- miento o en función de las relaciones de colaboración y apoyo mutuo que
se generan dentro del grupo.
OBJETIVO
Facilitar su inclusión social y el disfrute de los derechos que como ciudadano le asisten y que hacen posible su
bienestar en una sociedad avanzada.
EL PAPEL DEL TRABAJADOR SOCIAL
El trabajador social debe saber utilizarlos de forma complementaria, si es necesario, analizando en qué pue-
den ser convergentes, y qué modelo permite una mejor intervención en función de las características de
cada persona.
CARACTERÍSTICAS
En primer lugar, el grupo constituye un entorno adecuado para aprender y enseñar, en el que las personas
comparten su experiencia en un medio seguro, y con respeto mutuo. Esto provoca que las personas puedan
abrirse y trabajar juntas con un objetivo común.
En tercer lugar, la dinámica de grupos permite manejar las interacciones entre las personas como medio
terapéutico, con el propósito de aumentar el bienestar personal, grupal y comunitario.
En segundo lugar, los grupos tienen una capacidad indiscutible para lograr cambios significativos en sus
miembros: «Nunca debe dudarse que un pequeño grupo de personas comprometidas y pensantes pue- den
cambiar el mundo. En realidad, es lo único que ha logrado cambiarlo» (Madara, 1998: 35).
EL MODELO SISTÉMICO
Como vimos al analizar los planteamientos estructuralistas y funcionalistas, las personas nos encontramos
inmersas en una estructura social que tiene características bien definidas y que permite satisfacer funciones
básicas tanto para el mantenimiento del propio sistema como para la supervivencia de cada uno de sus
miembros. El significado se alcanza, y depende, de la interacción de las partes. Es fundamental, por lo tanto,
analizar la inserción de cada parte en la estructura. El enfoque sistémico se levanta sobre esta idea de
estructura entendida como sistema en el que las partes se organizan, comparten información, se
retroalimentan y alcanzan situaciones de equilibrio, de tal forma que se da una coevolución entre elemento y
estructura, y por lo tanto entre el grupo y su medio ambiente. Se desarrolla a partir de una síntesis creativa
entre las aportaciones de las teorías de la comunicación, la teoría de sistemas (Bertalanffy, 1940) y la
cibernética (Wiener, 1948).
OBJETIVO
Realizar la reconstrucción de la historia que el sistema ha creado en torno al problema. Dado que las
personas somos parte de un sistema, cada uno de nosotros somos interdependientes, y por lo tanto
un cambio en un miembro del sistema afectará al resto.
Mediante la modificación de las formas de comunicación defectuosas. Toda forma de conducta
dentro de un sistema es comunicación, y de lo que se trata es de inter- venir para modificar las
formas de comunicación erróneas
EL PAPEL DEL TRABAJADOR SOCIAL
En el modelo sistémico, la intervención del trabajador social con grupos debe estar dirigida a crear
nuevas alternativas y soluciones al problema diagnosticado. Para ello, hay que prestar una especial
atención a las conductas que re- fuerzan que dicho problema se mantenga a lo largo del tiempo,
modificándolas por otras más adecuadas. Tanto teórica como metodológicamente, el enfoque
sistémico aporta las herramientas necesarias para que el trabajador social pueda intervenir para
favorecer el cambio. Estas herramientas pueden definirse como el conjunto de relaciones y
conexiones fruto de las interacciones entre las personas, grupos y comunidades, que hacen posible
un cambio en el comportamiento.
CARACTERÍSTICA
El supuesto básico del enfoque sistémico es el siguiente: toda conducta es comunicación. Por ello, lo relevante
es analizar las interacciones que se dan entre los participantes en el grupo.
Se centra en el cambio personal aquí y ahora, haciendo hincapié en la importancia de considerar cómo se
mantienen los problemas a lo largo del tiempo. Para actuar sobre las situaciones perjudiciales, no es
suficientes con darse cuenta de las causas. El cambio se produce cuando somos capaces de adoptar nuevas
perspectivas y consideramos nuevas soluciones. Es decir, el cambio se sitúa no tanto en saber por qué se
produjo un problema, sino más bien en saber cómo se está manteniendo dicho problema a lo largo del tiempo.
La unidad de análisis es el sistema (dos, tres o varias personas). El sistema es complejo, y está compuesto de
partes articuladas en función de dicho sistema. Trasciende a cada persona y a los roles que cada una de ellas
pueda adoptar en la interacción. Es decir, la conducta de cada uno no se puede entender separada del resto de
los miembros de grupo, y este planteamiento supuso una novedad respecto a otros modelos vigentes en el
momento del nacimiento del modelo sistémico.
MODELOS PSICODINÁMICOS
Los modelos psicodinámicos se centran en el análisis de los procesos psíquicos internos, en función de los
cuales se explica el comportamiento de cada persona dentro de la sociedad. Su máximo exponente es el
psicoanálisis, que centra su interés en el conflicto intrapsíquico.
CARACTERÍSTICAS
Quinto lugar, no se centra en la enseñanza de habilidades específicas, como lo hacen otros modelos (por
ejemplo, ayuda mutua y cognitivo-conductuales), sino que su objetivo es liberar al usuario de un conflicto que
ha ocurrido en el pasado (hecho que estaba cerrado en el inconsciente de la persona); al revivirlo y liberarlo, el
síntoma desaparece y el comportamiento actual se modifica
Segundo lugar, estos modelos aportan un enfoque técnico.
Tercer lugar, parten de la observación del modo en que los conflictos se representan en la
actualidad.
Primer lugar, la exploración de los sentimientos y conflictos, tanto conscientes como inconscientes,
cuyo origen se encuentra en el pasado
Cuarto lugar, es un modelo no directivo.
OBJETIVO
La terapia psicodinámica es el tratamiento de los conflictos inconscientes, y no de sus síntomas.
EL PAPEL DEL TRABAJADOR SOCIAL
Un dominio adecuado de las técnicas psicodinámicas exige que el trabajador social haya
experimentado este modelo en su propia persona, recurriendo a la ayuda de un terapeuta
profesional. Una vez que ha equilibrado sus conflictos y conoce la dinámica que se genera con este
tipo de intervención, puede aplicarla en la dinámica de grupo.
En primer lugar, la regla de abstinencia: no dar respuesta a las demandas del grupo (sean de
comprensión, de simpatía o de antipatía). Se debe limitar a comportarse como un espejo del grupo, y
de cada uno de sus miembros. En segundo lugar, la regla de la atención flotante: no da prioridad a
ningún elemento del discurso tanto grupal como personal. Si el trabajador social experimenta
reacciones emocionales hacia algún miembro del grupo, debe consultar con otro experto para
intentar no reproducir la situación punitiva y ansiosa que pudo experimentar dicha persona en el
pasado.
MODELO DE AYUDA MUTUA
El modelo de ayuda mutua se basa en una experiencia cotidiana: las personas que comparten un mismo
problema (una situación que les causa sufrimiento, dolor o cualquier tipo de fracaso) forman grupos y, con el
paso del tiempo, logran establecer un sistema de ayuda mutua, cuya expresión manifiesta tiene lugar en las
reuniones grupales, en las que se apoyan unos a otros y establecen una estrategia de actuación común. En su
evolución, este tipo de grupos genera unos patrones de comportamiento y de afrontamiento de los problemas
que se hacen estables y se generalizan a otras situaciones de la vida, entrando a forma parte, poco a poco, del
sistema cognitivo, emocional y relacional de cada persona.
CARACTERÍSTICAS
Todas las personas aportan algún tipo de información competente, y todas tienen derecho a
participar, y a dar forma y dirección a las interacciones que se suceden a lo largo de la dinámica
grupal.
Se trata de un proceso orientado a un resultado, en el que tienen cabida multitud de dinámicas y en
el que se conjugan las siguientes dimensiones: la solución de problemas, compartir la información,
estructurar el trabajo, el apoyo mutuo, la capacidad de acción estructurada.
EL PAPEL DEL TRABAJADOR SOCIAL
El objetivo del trabajador social en este modelo es apoyar a los miembros del grupo para que puedan
establecer, y sean capaces de mantener, un sistema de ayuda mutua que interaccione de manera
favorable y saludable con su entorno social (Schwartz, 1994). Cuando el grupo logra el éxito al
establecer un sistema de ayuda mutua, se convierte en un grupo equilibrado y adaptado en la vida
social.
Debe poner un énfasis especial en orientar a los participantes para que aprovechen todas las oportunidades
de ayuda mutua que se generan en el grupo. Favorece que cada persona tome conciencia de sus habilidades
y sus limitaciones, para compartirlas con el grupo y desarrollar sus destrezas.
OBJETIVOS
Cuando los miembros de un grupo establecen un diálogo sobre asuntos considerados tabú fuera del ámbito
grupal y ofrecen un espacio seguro en el que las personas son libres de observar las diferencias y exploran
nuevas formas de ser, pensar o actuar.
Cuando el grupo se une como un todo, como una fuerza defensiva o de cambio, también aparece la ayuda
mutua
Cuando una persona ofrece a otro miembro del grupo un pequeño gesto de amabilidad o de entendimiento, se
establece una dinámica de ayuda mutua.
MODELO COGNITIVO-CONDUCTUAL
EL PAPEL DEL TRABAJADOR SOCIAL CON GRUPOS
Dada la conexión que este modelo postula entre los patrones cognitivos y conductuales, el trabajador
social debe desempeñar un papel activo, guiando e instruyendo a las personas para que puedan
conocerse e interiorizar determinadas creencias, desechar pensamientos y hábitos disfuncionales
que imposibilitan y frenan su desarrollo personal e incorporar patrones de comporta- miento
adecuados. La función del modelo dentro del trabajo social es potencializar y optimizar la teorización
y la intervención del profesionista ofreciéndole un sin número de alternativas para la generación de
un saber propio del profesional, combinando paradigmas, teorías, metodologías, ética, en este
pequeño articulo ofrecemos nuestro punto de vista del como elaborarlos.
OBJETIVOS
1. Disminuir la activación fisiológica. 2. Mejora del autoconcepto.
3. Habilidades de afrontamiento y de relación. 4.Aumento de la capacidad de toma de decisiones
CARACTERÍSTICAS
Adecuar el número de participantes al tipo de trabajo grupal. En general, el número de miembros suele
situarse entre 6 y 12 personas. No son grupos muy amplios para facilitar los cambios terapéuticos (Wessler,
1995).
Registro de las conductas problemáticas y diseño de programas específicos orientados al cambio.
La duración de las sesiones varía entre una y dos horas.
La frecuencia oscila entre una y cinco reuniones por semana.
El trabajador social debe realizar una evaluación previa de los déficit cognitivos y conductuales que
presentan las personas que integran el grupo para determinar las áreas prioritarias de trabajo en la
dinámica grupal.
Se entrena a las personas en una serie de técnicas orientadas a la solución de problemas.
El modelo cognitivo-conductual se levanta sobre dos principios básicos: en primer lugar, tanto las conductas
como las emociones y los pensamientos son el resultado del aprendizaje, y pueden modificarse mediante un
nuevo proceso de aprendizaje; en segundo lugar, hay una relación unívoca entre el pensamiento y la conducta,
de tal forma que un cambio en las creencias o en la forma de interpretar los datos llevará asociado un cambio
de conducta. Por ello, propugna un trabajo a nivel cognitivo, reestructurando los esquema perceptivos e
interpretativos de las personas, que va unido a la potenciación de habilidades sociales mediante la
incorporación de pautas de comportamiento que permitan una mejor solución de problemas.
La función del modelo dentro del trabajo social es potencializar y optimizar la teorización y la intervención del profesionista
ofreciéndole un sin número de alternativas para la generación de un saber propio del profesional, combinando paradigmas, teorías,
metodologías, ética, en este pequeño articulo ofrecemos nuestro punto de vista del como elaborarlos.