La técnica son
los recursos de los que se vale el arquitecto o el pintor, escultor, etc, para
realizar la obra de arte, es decir, como la hace de forma práctica. En la
arquitectura, la forma de acoplar los elementos sustentantes (pilares,
columnas) y los sustentados (bóvedas, techumbres de madera) permitirá que los
edificios se mantengan en pie.
Las
formas artísticas son las reglas que los artistas suelen tener en mente
antes de iniciar un trabajo concreto, es decir, cómo se debe trabajar, qué materiales
emplear y qué objetivo se busca; por
ejemplo, la suavidad en el
tallado en mármol de las esculturas, la gestualidad serena,
etc, son características de las formas clásicas.
Consecuencia
de lo anterior es la formación de estilos, es decir, las reglas más o
menos comunes que se repiten en todas las artes a lo largo de un periodo. Por
ello, y generalizando, se suele hablar de un periodo preclásico, clásico, de reiteración o manierista y barroco. También
puede presentarse una fase arcaizante
(reiteración de modelos superados) y recurrente
(utilización de formas del pasado pero con nuevos materiales o técnicas).