-Porque la palabra es exigente, de acuerdo con el mensaje de Jesús; mientras que el sacramento es tolerante. De donde resulta que mientras, por un lado, la Iglesia está intentando formar la conciencia de los fieles por otro lado, está deformando la experiencia religiosa de esos mismos fieles
-¿Qué sentido, en efecto, puede tener el hablar de un "bautismo comprometido", de un "matrimonio comprometido" o de una "eucaristía comprometida"?
-La necesaria unión y coherencia que tiene que existir entre la "palabra" que se anuncia y el "sacramento" que se celebra.
-Lo estamos dividiendo en cuanto que la "palabra" que se predica apunta a unas exigencias que luego el "sacramento" ignora.
-Y si alguien dice que ese tipo de ceremonias tienen más un carácter social que estrictamente religioso, debemos responder que eso precisamente es lo que nos parece inadmisible:
-Que la Iglesia haya venido a organizarse de tal manera que la celebración de la eucaristía haya terminado por desdibujarse para muchas personas en nuestra sociedad.