Al estudiante tomasino se le impone la responsabilidad o capacidad de responder conforme al
“deber ser” moral o jurídico, es decir, en consonancia con los derechos humanos, la justicia social y el
respeto por el medio ambiente.
¿QUIEN ES?
Un tomasino se hace apto y competente para responde de manera ética, creativa y crítica a las
exigencias de la vida humana, tanto personal, como colectivamente.
La manera crítica de responder desde los principios disciplinares no excluye la manera ética,
que impone sus propios principios.
La vida humana, abierta a la verdad, es el valor que fundamenta a los demás valores institucionales
(plenitud personal, autonomía, responsabilidad, solidaridad, justicia, bien común, paz...).
La capacidad de respuesta deberá ser igualmente “creativa”, pues la complejidad y las exigencias de
la vida humana siempre presentan aspectos nuevos, inciertos, que no parecen ajustarse o no se
ajustan a cuanto se ha aprendido.