Exploración de la Información: En este primer
paso, el docente y los estudiantes comienzan a
identificar y explorar la información relevante
para el tema a tratar. Este proceso busca
desarrollar en los estudiantes la capacidad de
buscar, seleccionar y evaluar la información de
manera crítica y efectiva.
Identificación del Tema o Problema: Los estudiantes, junto con el docente, deben tener claro
el tema a investigar o el problema a resolver. Esto puede incluir una breve introducción o
contextualización para enmarcar el aprendizaje.
Búsqueda de Fuentes de Información: Los estudiantes deben aprender a buscar información en
diversas fuentes: libros, artículos académicos, recursos digitales, internet, entrevistas, etc. En este
paso se enfatiza la capacidad de filtrar información confiable y relevante.
Selección de Información: Después de realizar la búsqueda, los estudiantes deben seleccionar los datos
o la información que sea más relevante para el tema que están explorando. Aquí se pone un énfasis
especial en aprender a distinguir fuentes confiables y fuentes de baja calidad.
Organización Inicial de la Información: En este subpaso, los estudiantes agrupan la información
encontrada y hacen una primera organización, ya sea por temas, categorías o por relevancia.
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Procesamiento de la Información: Aquí, se pasa a organizar
y analizar la información obtenida en la fase anterior. Los
estudiantes deben desarrollar habilidades para procesar y
transformar esa información, a fin de comprenderla y
adaptarla a nuevas situaciones. Se fomenta el uso de
herramientas de síntesis y resumen para facilitar la
comprensión y la aplicación de los conocimientos.
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Análisis de la Información: En este subpaso, los estudiantes deben reflexionar sobre la información que
han recopilado y analizarla de manera crítica. Esto implica preguntar: ¿qué significa esta información?
¿Cómo se conecta con lo que ya sé? ¿Cuáles son las implicaciones de esta información?
Síntesis: A partir del análisis, se busca integrar la información de manera coherente. Los estudiantes
deben ser capaces de resumir y presentar las ideas principales de forma clara y concisa.
Contextualización: En este paso, los estudiantes deben considerar el contexto de la información: ¿de
qué manera se aplica en la realidad? ¿Cómo se relaciona con otros conocimientos previos? Este
subpaso permite una mejor comprensión del tema.
Interpretación: Los estudiantes deben desarrollar habilidades para interpretar los datos, lo que implica
ir más allá de la información superficial y empezar a desarrollar su propia comprensión o punto de
vista sobre el tema.
Aplicación de la Información: Este paso se refiere a
la aplicación práctica de la información adquirida.
Los estudiantes usan lo que han aprendido en
situaciones concretas o problemas reales,
promoviendo la transferencia de los conocimientos
a su entorno diario o a nuevas situaciones. Este
paso busca fomentar el aprendizaje activo y la
capacidad de los estudiantes para resolver
problemas utilizando la información.
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Resolución de Problemas o Proyectos: Los estudiantes deben usar la información
procesada para abordar un problema o desafío específico. Esto puede ser en
forma de proyectos, investigaciones, tareas prácticas, etc. El objetivo es que los
estudiantes apliquen activamente lo aprendido en un contexto práctico.
Diseño de Soluciones: Aquí se enfoca en la capacidad de los estudiantes para
proponer soluciones basadas en la información que han procesado. Es decir,
cómo pueden usar ese conocimiento para resolver un problema real.
Toma de Decisiones: Este subpaso enfatiza la toma de decisiones informadas.
Los estudiantes deben aprender a hacer elecciones basadas en el conocimiento
que han adquirido, evaluando las posibles consecuencias de esas decisiones.
Producción de Resultados: Los estudiantes deben ser capaces de generar
resultados concretos o productos finales que demuestren la aplicación de la
información. Esto puede incluir informes, presentaciones, prototipos,
ensayos, entre otros.
Evaluación y Retroalimentación: Finalmente, en
este paso, se realiza una evaluación del proceso
de aprendizaje, no solo del contenido adquirido,
sino también de las estrategias utilizadas y la
metodología aplicada. La retroalimentación es
clave, ya que permite tanto al docente como al
estudiante identificar áreas de mejora y ajustar
las estrategias pedagógicas para lograr una
enseñanza más efectiva.
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Evaluación del Proceso de Aprendizaje: Se revisa el proceso completo de aprendizaje para ver si los
objetivos iniciales se han alcanzado. Esto incluye el análisis de si los estudiantes han logrado
comprender y aplicar los conocimientos de manera efectiva.
Autoevaluación: Los estudiantes deben reflexionar sobre su propio proceso de aprendizaje,
identificando qué estrategias les funcionaron mejor y en qué aspectos necesitan mejorar. Se fomenta
la autonomía y la autorregulación del aprendizaje.
Evaluación del Desempeño: Los docentes evalúan el desempeño de los estudiantes, tanto en términos
de contenido como de habilidades adquiridas. Esto puede incluir exámenes, proyectos, presentaciones
y otras formas de evaluación.
Retroalimentación Constructiva: Después de la evaluación, es crucial que los docentes proporcionen
retroalimentación clara y constructiva a los estudiantes, destacando tanto lo que hicieron bien como lo
que pueden mejorar. Esto ayuda a los estudiantes a reflexionar sobre sus errores y éxitos, y a ajustar
sus estrategias de aprendizaje en el futuro.
Objetivos del Modelo Gavilán
Fomentar el
pensamiento crítico en
los estudiantes,
ayudándoles a ser más
analíticos y reflexivos
con la información que
reciben.
Mejorar la práctica pedagógica
del docente, mediante el uso de
estrategias y herramientas que
optimicen el proceso de
enseñanza.
Desarrollar habilidades y
competencias en los
estudiantes que les
permitan ser más
autónomos en su
aprendizaje.
Incorporar el uso de tecnologías y
recursos informáticos en la
educación para facilitar el acceso
a la información y su posterior
aplicación.