Las investigaciones recientes demuestran que los países
de origen son generalmente países subdesarrollados que
no ofrecen las mejores condiciones de vida para sus
habitantes.
Proveen de escasos servicios de educación, salubridad,
salud y seguridad social, empleos con bajas
remuneraciones y pocas oportunidades de trabajo.
Remesas
Para los países de origen y para la familia, el trabajo
de los emigrados en el exterior significa el envío de
remesas de dinero, que aumenta los ingresos y facilita
el logro de aspiraciones de mejor vivienda, educación,
vestido y servicios de salud.
Las remesas cambian los patrones de consumo de la
familia que ha quedado en el país de origen.
Inicialmente el dinero se dedica al pago de los gastos
del viaje, para luego atender necesidades básicas
como alimentación, educación, y finalmente gastos
menos importantes.
Países de destino o receptores
Los países de destino por el contrario son aquellos más
desarrollados, altamente tecnificados y con una elevada
producción de bienes y servicios. Ofrecen un buen modelo
de vida, con reducción de tasas de desempleo y
analfabetismo, altos niveles de salubridad y seguridad
social, remuneración competitiva y un pequeño
porcentaje de desempleo.
Beneficios para un país receptor de migrantes
Afluencia de mano de obra necesaria y barata,
Oportunidad de que se ocupen los oficios que su
población no quiere realizar. Aumento de la población
joven. Recepción de profesionales por cuya educación no
se ha pagado
La feminización de la migración
Estudios realizados en la década anterior sobre
migraciones en Ecuador, demostraron que la migración a
Europa fue liderada por mujeres. Ellas se insertaron en el
mundo laboral, en primer lugar y formaron redes sociales
que permiten la migración a mayor escala.