La ortografía del español utiliza una variante del alfabeto latino, que consta de 27 letras:a A, B, C, D, E,
F, G, H, I, J, K, L, M, N, Ñ, O, P, Q, R, S, T, U, V, W, X, Y y Z. Asimismo, se emplean también cinco dígrafos
para representar otros tantos fonemas: «ch», «ll», «rr», «gu» y «qu», considerados estos dos últimos
como variantes posicionales para la representación de los fonemas /g/ y /k/.5 Los dígrafos ch y ll
tienen valores fonéticos específicos, por lo que en la Ortografía de la lengua española de 17546
comenzó a considerárseles como letras del alfabeto español y a partir de la publicación de la cuarta
edición del Diccionario de la lengua española en 18037 8 se ordenaron separadamente de c y l.9 En el X
Congreso de la Asociación de Academias de la Lengua Española celebrado en Madrid en 1994, y por
recomendación de varios organismos, se acordó reordenar los dígrafos ch y ll en el lugar que el
alfabeto latino universal les asigna, aunque todavía seguían formando parte del abec
HISTORIA
Durante los primeros siglos de desarrollo del español, la rareza de la lengua escrita y la aún imprecisa
catadura de la misma hicieron innecesaria una codificación de su grafía. El primer intento de dotar de
un código gráfico sistemático data del reinado de Alfonso X, que intentó ajustar las diversas
soluciones adoptadas por sus predecesores a un criterio fundamentalmente fonográfico. Alfonso X
reunió en su corte un gran número de estudiosos, que se abocaron a elaborar una compilación
enciclopédica del saber de la época, continuando y ampliando la obra de la escuela de traductores de
Toledo. El romance se utilizó como lengua intermedia en las traducciones del árabe o el griego al latín.
La profusión de copias realizadas en el scriptorium real y el impacto de las traducciones sobre el
corpus de la lengua romance difundió y dio fuerza a las convenciones fijadas por el rey. Muchas de las
que aparecen retrospectivamente como irregularidades o imprecisiones en la grafía alfonsí se deb