Criado por Mario Iván Martínez
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Maestría en Ciencias Jurídicas Materia: Teoría y Práctica Docente Tema: Planificación Educativa Catedrático: MTE. Rosalba Pérez Santiago Alumno: Mario Iván Martínez Morales. PLANIFICACIÓN EDUCATIVA Desde un ámbito educativo la planeación, constituye un conjunto de procesos interrelacionados, evaluados de manera continua al inicio, durante y al final de cada uno de ellos. Lo cual permite que de manera colegiada se tomen decisiones que permitan obtener los resultados buscados al inicio de cada proceso. La planeación debe ser un proceso que se anticipe a las acciones que se tienen pensadas emprender, debiendo contar previamente con información de los elementos que integran el sistema bajo el cual se desarrollará la planeación. Debido a la transformación que han tenido diversos organismos sociales, la planeación educativa ha sufrido diversos cambios en las últimas décadas. Destacando cambios en aspectos económicos, políticos y culturales. Los primeros ejercicios de planeación fueron desarrollados por administradores, los cuales en una visión autocrática han evolucionado hacia la teoría de sistemas, a través de un análisis que parte de lo inductivo y se conduce a lo deductivo a realizar un proceso de planeación. La planeación educativa va más allá de plantear objetivos, metas y acciones a cumplir en un tiempo y lugar determinado; ya que busca organizar de manera conjunta diversos elementos y recursos, tanto humanos como materiales, los cuales pueden repercutir en un contexto social. Parte de las fases del proceso administrativo, siendo la primera etapa del mismo. Comprende una visión y una misión a través de los cuales citamos el lugar en donde estamos y hasta donde queremos llegar, siempre de acuerdo a la normatividad de una institución educativa. Dentro de las características para desarrollar una planeación en el ámbito educativo están: - Para plantear fines y objetivos se debe utilizar la vía del consenso. - En cada etapa del proceso debe estar presente la toma de decisiones. - Considerar las consecuencias derivadas de las acciones a desarrollar. - Para desarrollar las actividades del proceso de planeación se debe hacer un balance entre los recursos necesarios y los recursos disponibles. - Para llevar a cabo la evaluación de cada etapa se debe implementar una metodología. Así tenemos que la planeación en el ámbito educativo se puede definir como un proceso donde a través de espacios de diálogo y conversación se pueden predecir lugares deseables que cumplan con la satisfacción de diversas necesidades de un grupo u organismo social determinado. El cual está integrado por acciones, metas y estrategias interrelacionados. Dentro de los antecedentes históricos de la planeación educativa tenemos que los primeros ejercicios de planeación tienen su origen en la Unión Soviética (1923), posteriormente se retomaron en la década de los cuarenta en Inglaterra y una década más tarde en Francia. En México los primeros trabajos sobre planeación se dan en los años treinta, en el que aprobó el Primer Plan Sexenal y éste fue el que se conservó para el Plan Educativo a 11 años. En la década de los cincuenta se creó la Asociación Nacional de Universidades e Institutos de Educación Superior con la intención de plantear soluciones a problemas de financiamiento, administrativos y académicos que se presentaban en el ejercicio de la educación superior. En los 60 se crearon diversos órganos que estuvieron facultados de regular los diversos ejercicios de planeación educativa en el país, destacando dos: • Comisión de Planeación Universitaria. Organismo perteneciente a la máxima casa de estudios, la Universidad Nacional Autónoma de México. • Comisión de Planeamiento Nacional de Educación Superior de la Asociación Nacional de Universidades. En el sexenio de Luis Echeverría, se hizo inminente la necesidad de plantear una reforma al Sistema Nacional de Educación, con ejercicios de planeación a largo plazo. La ANUIES y la SEP elaboraron el Plan Nacional de Educación en la década de los setenta. En los ochenta, las acciones se centran en el interés de la actualización académica. Pese a todos los alcances que se han tenido a nivel histórico, político y social, en materia de planeación educativa los pasos han sido deficientes, ya que se le sigue viendo desde un punto de vista cuantitativo, y no cualitativo. La planeación es vista como el desarrollo de un proceso en donde se identifican problemas de índole económico, político o social y es mediante este proceso por el cual se plasman alternativas de acción, articulan acciones, estrategias, metas y objetivos. Diversas dimensiones integran los procesos de planeación educativa. Al ser la planeación educativa un proceso social en donde convergen diferentes miradas y que a través de la vía del diálogo y el consenso se construye la filosofía institucional. Se contempla un aspecto de macro-planeación, donde se deben identificar los cambios que ocurren a nivel de política educativa y a nivel de micro-planeación en el cual se identifican los aspectos por los que debe transitar una institución a nivel organizacional. La planeación en el ámbito educativo implica transformar la realidad actual por aquella mejor, determinando objetivos, estrategias, metas y actividades para asignar recursos humanos y materiales. Para desarrollar una planeación de manera integral se deben incluir dimensiones de la planeación: Dimensión económica. Se refiere a las cuestiones monetarias y su optimización para dar un uso responsable y adecuado. Es necesario identificar dos vertientes, la primera relativa a los aspectos a nivel externo en donde podemos observar las economías de cada país. El segundo aspecto a considerar es el interno, en donde la planeación pude trascender y ejecutarse o simplemente no tomarse en cuenta. Dimensión Política. Conduce a diseñar una planeación regulada de acuerdo al marco jurídico institucional que se lleva a cabo. Siendo importante identificar las oportunidades, pero también las amenazas que permiten o impiden llegar al escenario deseado. Dimensión científica y tecnológica. Se debe hacer uso de los adelantos tecnológicos. Dimensión cultural. Se refiere al proceso de identidad nacional. Podemos decir que la planeación está influenciada e incide a nivel cultural, porque a partir de éste es cómo podemos cambiar el concepto de hombre y sociedad. Dimensión social. Son aquellas acciones en donde participan los sujetos y tiene un enfoque social porque prácticamente está en todo el proceso. Las decisiones y acciones que se emplean a través del proceso repercuten de manera interior de acuerdo a los individuos que se están formando al interior de una institución, modificando la cultura organizacional del mismo. Macro-planeación. Parte de la teoría de sistemas, donde cada proceso se alimenta de datos de entrada y a su vez alimenta a otros procesos con datos de salida. Existe una integración de diferentes subsistemas, los cuales en su conjunto forman un sistema en donde al ser identificados cada uno dan mayor claridad en cuanto al funcionamiento de los mismos y de acuerdo al marco jurídico que los implementa. Micro-planeación. Habla de la previsión de escenarios futuros para una institución educativa, a través del logro de metas y objetivos. Ésta depende de la filosofía y las características de cada institución educativa en donde podemos llegar al logro de escenarios deseables. La planeación educativa para ser tratada como una forma integral requiere de ser vista en su totalidad por cada una de las dimensiones; la dimensión económica y política son elementos fundamentales. La elaboración de un curso de capacitación es un ejemplo entre las tantas actividades conocidas como elaboración de planes de estudios. Así tenemos que “plan de estudios” es sinónimo de currículo. Comprende todas las actividades que los estudiantes llevan a cabo, especialmente aquellas que deben realizar para terminar el curso. Entendido el plan de estudios como: Todo aquel aprendizaje que ha sido planificado y dirigido por la institución educativa, tanto en grupos como individualmente, fuera, o dentro de la institución. Suelen confundirse los términos currículo y sílabo. Currículo o plan de estudios significa para muchos una lista de las materias o temas que deben ser impartidos por el docente a distintos niveles. Esto no es un currículo o plan de estudios, sino un sílabo o programa. Por otra parte tenemos que el programa es la lista de los contenidos de un curso (lo que debe ser enseñado). El plan de estudios debe incluir tanto el contenido, como los métodos de enseñanza y de aprendizaje. Además de las metas y objetivos que se propone alcanzar. La institución de enseñanza y el docente crean un plan de estudios oculto, paralelo al plan de estudios formal. Se denomina plan de estudios oculto, porque raramente se habla de ellos, como tampoco se debate al respecto, o se les planifica, sin embargo se trata de elementos reales. Un plan de estudios incluye los métodos utilizados. A menudo los métodos y contenidos se tratan por separado; sin embargo, no pueden quedar desligados. Los métodos constituyen una parte importante del plan de estudios, ya que los estudiantes aprenden tanto a través del cómo se les enseña, como a través del qué se les enseña. El plan de estudios no es una estructura fija, se trata de un instrumento dinámico que refleja las metas y experiencias educativas a ser alcanzadas y proporcionadas, respectivamente, para logra tal fin. En consecuencia, cambiará y se desarrollará a medida que el programa se pone en marcha. La politización del plan de estudios es la razón principal de una de las tendencias más evidentes en la actualidad, la globalización de la educación. Algunos países en desarrollo se limitan a importar planes de estudios ya confeccionados y los han utilizado sin efectuar ningún cambio. A diferencia de estos la mayoría de los países que han importado planes de estudios han procedido a adaptarlos, incluyendo elementos de sus propios sistemas tradicionales, desarrollándolos mejor para hacer frente a las necesidades que requiere el país. Al existir una tendencia hacia la descentralización y localización de la educación, se pone de relieve una creciente responsabilidad por parte de la comunidad, así como de las instituciones educativas a manejar sus asuntos de manera autónoma. Observando un plan de estudios que se encuentra muy centralizado. Las ideologías de la educación no sólo contribuyen a determinar cuáles metas se propone alcanzar el programa de educación o capacitación; también ejercen su influencia sobre la manera en que será organizado el plan de estudios. La selección de lo que debería ser incluido o excluido de un plan de estudios depende de los actores involucrados en el proceso de elaboración del plan. Dado que la elaboración de cualquier nuevo plan de estudios dependerá de la ideología de la educación o capacitación de quienes elaboran el plan, la decisión de quién participará o no en su elaboración, será crucial para la naturaleza del mismo. Se pueden identificar dos enfoques principales en la elaboración del plan de estudios, estructurados a partir de los actores que participan en el proceso. El primero de ellos se vale de un experto con función lineal, es decir que son los expertos de los ministerios, de los departamentos de planificación y de las instituciones académicas quienes trazan las líneas directrices y establecen las metas del plan de estudios. Otro es el del facilitador originario, por medio del cual los redactores del plan de estudios se convierten en facilitadores de una amplia gama de participantes, incluyendo a aquellos que se encargan de ejecutar el plan de estudios. El plan de estudios elaborado a partir de un experto suele ser el más común, se elabora sin realizar consultas previas, o limitándolas a un grupo restringido, compuesto a menudo por expertos en educación. Posee una jerarquía claramente definida. Los que se encuentran en el vértice toman las decisiones. En otros casos el plan de estudios se elabora a partir de la consulta a especialistas, como son los docentes o administradores que poseen una experiencia limitada en este campo, por lo que es una práctica común incluir a uno o dos expertos externos en el proceso de elaboración de un plan de estudios nuevo. Elaboración del plan de estudios partiendo de una consulta con internos, esta se lleva a cabo reuniendo a un grupo selecto en un taller, en el cual se debaten y seleccionan las principales áreas del contenido del plan de estudios. La selección de los participantes suele ser hecha casi inconscientemente, en base a la afinidad de las personas. Si bien es cierto que hay que atender al funcionamiento interno del aula y al modo en que el profesor se enfrenta a sus dilemas profesionales, no hay que pensar que las presiones y condicionantes externos de la actuación docente sean secundarios. El profesor es el que resuelve los problemas del aula. Y esto lo hace no sólo desde motivaciones pragmáticas de supervivencia, sino desde motivaciones normativas; organiza curricularmente su pensamiento profesional, puesto que son problemas curriculares los que debe resolver. En consecuencia, una forma de entender el currículum que acepte la naturaleza práctica de la enseñanza y la necesidad de las decisiones profesionales del profesor, tiene que estar concebido de tal modo que acentúe precisamente el carácter práctico de la acción educativa. Un currículum, tiene que estar pensado como un marco en el que los profesores puedan indagar sobre las formas legítimas de influencia educativa en las acciones entre sujetos. Entender el currículum como una forma de práctica, de acción en el ámbito de la interacción humana, rompe con la tradición que lo entiende como prescripción de reglas de comportamiento, o como listado de actividades, o de resultados de aprendizaje a obtener en los alumnos. Así, el desarrollo profesional de los profesores se encuentra en su capacidad para desarrollar una actividad reflexiva sobre las ideas pedagógicas, las prácticas escolares, las limitaciones de la acción, las restricciones estructurales y las actuaciones estratégicas que constituyen la enseñanza, y si las innovaciones constituyen, por su propia naturaleza, una fuente de contradicciones y de conflictos, se hacen evidentes dos cosas: - Las prácticas de innovación constituyen el espacio privilegiado para la auténtica investigación didáctica, ya que son un cúmulo de problemas prácticos, de discrepancias, conflictos y contradicciones entre las pretensiones educativas, las actuaciones docentes y las interpretaciones que sostienen los profesores sobre la realidad en la que trabajan. - Sólo tiene sentido el papel del investigador, como alguien ajeno al propio docente, si se entiende su tarea como la de un formador reflexivo de profesores. Un especialista que contribuye, desde su trabajo con los profesores, al desarrollo de la capacidad de reflexión autónoma de los mismos. De este modo, la investigación educativa emprendida, será aquella que permite que los profesores puedan asumir su capacidad de investigación propia, comprendiendo cada vez mejor cuáles son las dificultades para conseguir ser cada vez más reflexivos y autónomos, y desarrollando estrategias de actuación que permitan acortar las distancias entre estas pretensiones y la realidad. En definitiva, consistirá en una investigación educativa de segundo orden sobre los problemas prácticos que se enfrentan al tratar de promover la investigación de primer orden de los profesores enfrentados a sus propios problemas prácticos Lo cual supone, inevitablemente, engendrar un proceso de innovación continua. La Didáctica, en vez de ser la disciplina que dice a los profesores qué deben hacer con los alumnos, trabaja con los profesores para que sean ellos los que decidan qué deben hacer con los alumnos y con su trabajo en general como profesionales de la enseñanza.
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