Criado por Oratoria Viva
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Producción Radiofónica El camino que activa la imaginación La palabra producir viene del verbo latino producere (engendrar), formado del prefijo pro- (adelante) y el verbo ducere (guiar, conducir) En Venezuela, hablar de la radio, es hablar también de la finalidad educativa, informativa y entretenida de la radiodifusión sonora, sea que se haga con finalidad comercial, pública o "comunitaria". No se trata de un mantra repetido el “informar, educar y entretener” es importante realizarlo a partir de un conocimiento previo y global de la situación social, desde puntos de vista económicos, políticos, culturales. Basándose en el pensamiento de Kaplún, comunicador y docente; indica que “si la radiodifusión puede servir de refuerzo para introducir cambios, motivar innovaciones que vayan en beneficio de la comunidad y su desarrollo, pues entonces es un imperativo de la época, de nuestros países subdesarrollados, la utilización más adecuada de este medio de comunicación social, con programaciones que despierten el interés popular tanto por su contenido como por su calidad técnica” . Por lo general, siempre hemos pecado de un exceso de educación, aderezado con gotas de información y unos limitados minutos de entretenimiento que suelen reducirse a algún programa musical de complacencias. O por el contrario; cien por ciento de nuestra programación va dirigida al entretenimiento extremo, dejando un vacío de sentido o de pertenencia al contexto o entorno que nos rodea y la responsabilidad social que por consecuencia nos compete a todo comunicador social o popular Precisando y analizando métodos de producción, recursos técnicos, fórmulas y conocimientos profesionales que solo se logran tras una vida de ricas experiencias en el estudio, frente al micrófono, sobre el teclado, ante la consola o los radioescuchas, podemos dibujar o desarrollar una especia de manual claro, preciso y ordenado que paso a paso nos vaya señalando los principios básicos que rigen la producción radiofónica, las características principales de cada eslabón, de cada elemento; las posibilidades de empleo, sus limitaciones, los errores más frecuentes y las técnicas más adecuadas. A la difusión masiva la radio se añade, pues, la ventaja de que, para recibir su mensaje, no es necesario saber leer. Ventaja que cobra especial relevancia si se piensa en la elevada cantidad de analfabetos absolutos que aún subsiste en América Latina, a los que hay que sumar la no menos grande de aquellos que, aunque hayan pasado brevemente por la escuela, han perdido, por falta de práctica y de hábito, la capacidad de la lectura (analfabetos “ funcionales” o “ por desuso” , como les llaman los técnicos en educación). Apartando matices sociales tan reales como crudos, no cabe dudas, que de todas las herramientas utilizadas para la construcción de este “edificio” que análogamente -como referimos en clases-; es nuestro producto comunicacional, el guión viene a ser esa hoja de ruta que nos llevará a conseguir nuestra mejor obra y a la vez el mayor aporte a la sociedad. Pero, ¿Qué es un guión de radio? Un guión de radio, por tanto, es un libreto que se utiliza en el marco de una emisión radiofónica. En el guión, se expresan las indicaciones que deben seguir el operador técnico y los locutores. Por ejemplo: “La gerencia de la radio me pidió un guión y algunas grabaciones para analizar si nuestro programa puede encajar en su emisora”, “¿Tienes el guión a mano? El operador quiere verlo antes de iniciar la emisión”, El guión radiofónico, por lo general, se divide en dos o tres columnas. En la primera, se señala el tiempo del bloque (“2:30 a 4:45” o 15 “minutos”). La segunda está destinada al operador técnico, quien debe encargarse de gestionar la salida al aire del programa, emitir la música de fondo y los efectos de sonido con mucho de sincronía, agilidad y técnica (“Carpeta o Track 5 Disco 1”, “Archivo nro. 2”, etc.). La tercera y última columna es la que corresponde a los locutores y periodistas. Es de valiosa ayuda para aquel locutor que no se proponga hacer radio solo por hacer radio, como un fin en sí mismo, sino que se interesa por aprender a realizar programas de radio para algo; que procura el dominio de las técnicas radiofónicas, saberes y conocimientos; en función de un objetivo, de una inquietud, en el más amplio sentido de la palabra. Aspira, pues, a ser útil herramienta de trabajo en manos de aquellos que, sintiendo la comunicación como una vocación, no ven en la radio tan solo una profesión y un medio de vida, sino que la conciben como un instrumento de educación y cultura popular y como una promotora de auténtico desarrollo social. No olvidemos que la creatividad es la inteligencia divirtiéndose El clásico concepto de que el individuo se educa solamente durante los años de infancia y adolescencia y solo recibe su educación en las aulas y en los claustros, ha sido sustituido por la concepción de educación permanente: la persona se está educando siempre, toda su vida, a lo largo de un proceso que abarca toda clase de situaciones y de estímulos. El niño no solo se educa al recibir conocimientos formales y sistemáticos en el banco de la escuela sino que se educa también en el hogar, en la calle, jugando con sus amigos, escuchando a su madre el cuento de “Caperucita Roja”, (puede ser otro cuento también), oyendo radio, mirando televisión. Ya está recibiendo estímulos educativos cuando, a los tres años o acaso aun antes, sus padres lo sientan ante el televisor ‘‘para que se entretenga’ ’ mirando dibujos animados de cualquier índole (que por cierto están más cargados de contenidos y de mensajes de lo que creen sus incautos padres). El Entretenimiento, hegemónico en la mayoría de las emisoras, acaparan en conjunto cerca del 75% de la oferta total y, como bien puedes suponer, esta circunstancia merma claramente la influencia que pudieran ejercer la presencia de otros contenidos. Recop. Maryuris Padrino Quintana Docente-Radiodifusora CNP 20152 Año 2023
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