Origen.
En la década de los ochenta James R. Flynn, investigador de la Universidad de Otago en Nueva Zelanda, descubrió un fenómeno curioso que sucedía con el cálculo del CI de la población.
Flynn examinó los test de inteligencia de más de dos docenas de países (países para los cuales existían datos) y descubrió que las puntuaciones se incrementaban a razón de 0’3 puntos por decenio.
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El impulsor fue el investigador James R. Flynn. Perteneciente a la Universidad de Otago de Nueva Zelanda, descubrió que según los resultados de las pruebas de CI o coeficiente intelectual de los últimos años no han dejado de mejorar desde principios del siglo XX.
Según Flynn, en sus últimos estudios, descubrió que, al menos en EEUU, la progresión seguía en positivo. Por eso, en 2012 publicó su libro ¿Nos hacemos más inteligentes?. De hecho, el ritmo seguía siendo de tres décimas al año, es decir, se aceleraba.