Sensoriomotriz (nacimiento hasta los 2 años).
Poco a poco, el niño desarrolla la habilidad de estructurar actividades en interacción con su entorno mediante el uso de sus sentidos y movimiento.
Preoperacional (2 a 7 años).
El niño crea un sistema de representación y utiliza símbolos para simbolizar personas, lugares y eventos. El lenguaje y el juego simbólico son expresiones clave de este período, aunque su pensamiento todavía no alcanza la lógica.
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Operaciones concretas (7 a 11).
El niño es capaz de abordar problemas de forma lógica enfocándose en el presente, sin embargo, aún no tiene la capacidad para el pensamiento abstracto.
Se caracteriza por el desarrollo de la capacidad de pensar de manera lógica y concreta sobre situaciones concretas y tangibles.
Operaciones formales (11 años a la adultez).
En esta etapa, las personas adquieren la capacidad de pensar de manera abstracta y lógica sobre situaciones concretas y hipotéticas.
Algunas características principales de las operaciones formales incluyen:
Pensamiento abstracto.
Razonamiento hipotético-deductivo.
Manejo de proposiciones proposicionales.
Pensamiento sobre posibilidades y contrafácticos.
Pensamiento científico.