El hospital descrito en la novela mantiene un área privada, de pago, y un área pública en la que se atiende a personas sin recursos. Entre estas dos áreas las diferencias son muy marcadas y expresan la brecha social y su consecuente desigualdad.
Hay una división geográfica pensada con el fin de delimitar espacios entre quienes están más enfermos y se consideran irrecuperables y quienes tienen posibilidad concreta de recuperación —de acuerdo a la opinión médica—, a las personas ya recuperadas o en proceso de recuperación se les permite muchas más libertades y beneficios a nivel de alojamiento, circulación, salidas, actividades. etc. Este grupo recibe terapia ocupacional y psicoanalítica.
El equipo está organizado por unidades:
Dirección general: Dr. Samuel Alvar
Ayudante: Dr. Ruipérez, carece de opinión propia, seguidor del director.
Unidad de recuperación. Jefe: Dr. Salvador Sobrino, atiende a Alice)
Unidad de cuidado intensivo. Jefe: Dra. Dolores Bernardos. Aquí se aplican las intervenciones o tratamientos como tomografía computarizada, electroshock y terapias de insulina.
Unidad de demenciados. Jefe: Dr. Alberto Rosellini
Unidad de Servicios clínicos. Jefe: Dr. César Arellano, es el clínico con mayor experiencia, es crítico y no concuerda con las opiniones y el ejercicio clínico del director, aunque sí respeta su gestión como director.
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Paradigma hospitalario
En la institución coexisten dos modelos, por un lado, el modelo de la psiquiatría clásica, también llamado modelo médico (MM), en el que «sus principales características estructurales son su biologismo, individualismo, ahistoricidad, asociabilidad, mercantilismo y eficacia pragmática» (Menéndez, 2004) enfocado en la remisión de síntomas a través de la psicofármacos y tratamiento, que se convierten en las características dominantes de la biomedicina; por otro lado, el modelo antipsiquiátrico dignificador, liberador, que ofrece grados de autonomía e integración social.
El director general, Samuel Alvar, es quien aporta su visión progresista y ha introducido cambios con la intención de mejorar la calidad de vida de los internos que son fuente de controversia, porque si bien los internos gozan de más libertad, espacios de esparcimientos, paseos, piscina, etc., se producen riesgos y pérdidas de vidas que hacen cuestionar estas decisiones.
Para responder a la interrogante es menester mencionar que existen diferentes nociones de cura, por lo tanto, diferentes criterios para determinar la efectividad de una institución psiquiátrica al momento de recuperar pacientes.
Existen esencialmente dos nociones de cura:
Remisión del síntoma: mediante psicofármacos o tratamientos invasivos .
Perspectiva psicosocial: consiste en devolver la autonomía al paciente respetando sus derechos, respondiendo a sus necesidades particulares.
Dicho esto, notamos que la institución psiquiátrica (presentada en la obra de Torcuato Luca de Tena) cumple limitadamente las nociones de “cura” expuestas con anterioridad. Tal inefectividad parte del enfoque de la institución, esta se enfoca en proveer cuidado a los pacientes; mantener en ellos un estado de “equilibrio”.
Durante el transcurso de la obra, se presentan contados casos de cura (apenas tres), pero ésta no es extensiva, el alcance no es representativo (1%). Los ejemplos de “cura” presentes en el texto son producidos desde ambos modelos.
Cosme el hortelano: Este es un hombre cuyo síntoma remitió hace ya tiempo. Un dato a destacar es que este hombre no poseía un lugar al cual ir una vez “curado”; decide residir en el hospital.
Ignacio Urquieta: Hombre con fobia al agua, después de varias sesiones de psicoanálisis (que lo llevaron a una profunda comprensión de su malestar) cae accidentalmente a una piscina para nadar en ella; este hecho marca el fin de su fobia.
Caso “cura de Sakel”: Mujer que en su delirio afirmaba hablar con extraterrestres, después de varias sesiones de terapia de choque con insulina, ocurre la remisión del síntoma.
Casos de cura
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Sí lo fue probablemente debido a que Alice recibió un trato privilegiado, puesto que ella no recibió medicación al inicio, el hospital se convirtió en una especie de oportunidad para hacer un alto, salir de un espacio caótico, y poco a poco elaborar su delirio, comprender cómo se desencadenó, y sobretodo, construir una red de apoyo que le estaba faltando antes, cuando se da la situación precipitante.
En un escenario en el que ella no hubiera sido internada, podríamos imaginar otros desenlaces: la cárcel, por ejemplo. Sin embargo, el caso de Alice es un caso particular, no todos reciben ese tipo de oportunidades.