Si la persona es capaz de vivir solo o necesita compañía.
Las actividades que es capaz de realizar sin ayuda de otra persona.
Si la persona puede gestionar por si misma tanto su vivienda como su economía.
Cuáles son las expectativas que tiene en cuanto al cuidador.
Cuáles son los tipos de apoyo que se pueden ofrecer como cuidadores.
Informarse sobre los servicios de respiro familiar.
Tener en cuenta quienes podrían ayudar en la prestación de estos cuidados.
Las opiniones de los familiares acerca de los cuidados que se van a llevar a cabo.
Necesidades que presenta la persona a cuidar.
Como los cuidadores pueden cubrir esas necesidades.
Cuáles son las necesidades que puede presentar el cuidador.
Recursos existentes para los cuidadores.
Estrategias más adecuadas para el cuidado de una persona en situación de dependencia.
Identificar las tareas que se llevarán a cabo.
Asignar el grado de importancia de cada una de ellas.
Identificar aquellas tareas que puede realizar la persona por sí misma y aquellas en las que necesitará ayuda de otra persona.
Determinar los recursos con los que el cuidador cuenta para la realización de cada tarea.
Las tareas que realizará el cuidador.
Los momentos en los que se realizarán dichas tareas.
Los pasos a seguir para la puesta en marcha de las mismas.
El tiempo empleado en cada una de ellas.
Quién será el encargado de llevarlas a cabo.
El tiempo que se dedicará a otras actividades.