Buscar información de la enfermedad que
padece su familiar en situación de dependencia a través de profesionales y
asociaciones de familiares, y preguntar todas aquellas dudas que le puedan
inquietar.Aceptar su nueva realidad. Su vida ahora
será diferente, con lo que debe de examinar su situación actual, definir
sus emociones y necesidades, así como los recursos y opciones con los que
cuenta.
Contactar con personas que hayan vivido o vivan con un problema similar, esto le permitirá aprender estrategias que otros han usado con éxito y combatir emociones negativas como el aislamiento, la culpabilidad o la vergüenza entre otras.Expresar sus propios sentimientos, tanto si son buenos o malos y afrontar sus temores. Reconozca cuáles son sus límites y reparta tareas.
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Cuidarse física y psicológicamente:
Hacer algo de ejercicio, aunque sea unos pocos minutos varias veces al
día. Preparar comidas y refrigerios saludables, le dará más energía para
aguantar a lo largo de todo el día. Hacer un esfuerzo cada día para
mantenerse en contacto con familiares, amigos y otras personas en su
sistema de apoyo.
Ser paciente, tratar de conservar la serenidad y diferenciar lo que el familiar era antes de las manifestaciones de su enfermedad. Lo que ahora le resulta desconocido de su familiar, es debido a la enfermedad y no a su ser querido.Sea un amigo/a incondicional con su ser querido, esto favorecerá la comunicación emocional positiva en cualquier fase de la enfermedad creando un ambiente agradable y tranquilizador.
Consejos
Potenciar la autoestima de su familiar creando escenarios en los que se pueda sentir útil. Dejar que la persona tome el mayor número posible de decisiones, no quitarles toda su responsabilidad.No debe exigirse demasiado, no se trata de buscar la perfección pues no existe el cuidador perfecto. Concédase el derecho a cometer errores y a experimentar sentimientos negativos
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Pida ayuda sin esperar a que la gente se
la ofrezca. Quizá los demás no saben cuándo la necesita. Agradezca y
valore esas aportaciones por pequeñas que sean pues favorecerá que
aumenten en el futuro.Planifique y programe actividades que
atiendan a sus prioridades y el futuro y organice su tiempo con el fin de
buscar un momento del día para uno mismo. Descansar y relajarse es básico
para poder seguir cuidando.
Utilice los recursos que le ofrece la
comunidad, entre los que se
encuentran los programas de respiro familiar (programas para facilitar el
descanso de aquellas familias que tienen a su cargo personas
dependientes). Búsquele sentido a su vida. Que la
etiqueta “cuidador/a” no le abrace por siempre, usted es mucho más, pues
cuidarse no es un acto de egoísmo, sino de gran responsabilidad.