El juego coeducativo es aquel que favorece la convivencia y
relación entre niñas y niños, permite la flexibilización de los roles
de género y viabiliza el desarrollo integral de niños y niñas
independientemente de su sexo.
Su finalidad es que ambos sexos participen en los
juegos de una forma equitativa. Según Ribes (2011,
p.154-157) los juegos y juguetes permiten la
educación en valores:
• Educación para el consumidor: Lo juegos y los juguetes
son considerados por todos los autores como necesarios y
convenientes para el desarrollo infantil.
• Educación no sexista: Los juegos y los juguetes en si no son sexistas,
pero si son los mensajes que dan, los mensajes publicitarios exacerban
de forma muy sesgada el sexismo en el juego y los juguetes.
• Educación para la paz: Se considera el juego como una representación
simbólica de un mundo que se va forjando en la mente infantil y que
determinará las tendencias del sujeto en la edad adulta.
El papel del docente en el desarrollo del juego.
El docente debe tener una actitud de guía y de observador frente a
los juegos que realizan los niños y las niñas durante su momento
libre, para así evitar que existan conflictos entre ambos sexos,
también evitar que los niños y niñas realicen juegos peligrosos,
violentos que vaya afectar a uno de estos.
El rol del docente debería ser el de un animador, su papel sería el de
ofrecer al niño y a la niña actividades que le permitan aprender, pero
estas acciones deben ser motivadoras y lúdicas.
El rol del docente debería ser el de un
animador, su papel sería el de ofrecer al
niño y a la niña actividades que le
permitan aprender, pero estas acciones
deben ser motivadoras y lúdicas.
Por tanto, el profesorado debe darle una mayor
importancia, utilizando el juego como herramienta para el
aprendizaje, y haciendo del receso un espacio educativo,
más allá del mero control.
El papel del maestro y maestra en el juego, para
conseguir que éste se desarrolle eficazmente consiste
en:
• Conocer las habilidades, posibilidades y limitaciones de sus alumnos/as.
• Tener una adecuada sensibilidad observadora.
• Programar actividades motivadoras y estimulantes para los niños/as.
• Respetar el interés y motivación del niño/a en el juego.
• Intervenir si es necesario para mantener durante más tiempo el interés del niño/a.
• Indicar posibles direcciones para conducir el juego.
• Favorecer las relaciones entre niños y niñas, desde un plano de respeto mutuo e igualdad.
• Participa de alguno de los juegos o colabora con algunas acciones: Hamaca a algunos, ayuda en las
propuestas más temerarias, alienta y acompaña a los más temerosos
Enseña juegos que luego jugaran sus alumnos/as solos.