Como habrá podido comprobarse en el capítulo anterior, la fuente primera de la investigación sociológica, la que constituye siempre
su principal punto de apoyo, es el deseo de comprender me3or la sociedad moderna. Desde principios del siglo XIX, los observadores
se percataron claramente de que la revolución industrial transformaba las condiciones de vida de los hombres y alteraba la
organización social. De ahí nació la sociología comparada y evolucionista. También se dejó sentir la necesidad de contrastar la sociedad
moderna con aquella que es más diferente de ella, con la más primitiva. No resulta difícil discernir, en la sociología contemporánea, el
legado de las diversas clasificaciones estudiadas en el capítulo precedente. Las tipologías dicotómicas en particular son las que siguen
siempre ejerciendo una mayor influencia, Cabe encontrarlas, casi todas, en la distinción o la oposición que la sociología
contemporánea establece entre lo que ella denomina la sociedad tecnológica.
I. LA SOCIEDAD TRADICIONAL
LA ESTRUCTURA ECONÓMICA DE LA SOCIEDAD TRADICIONAL
Una economía de subsistencia
Una tecnología arcaica y una división elemental del trabajo sólo pueden dar lugar a una productividad
muy escasa del trabajo humano. De ahí se deriva lo que ha dado en llamarse una economía de
subsistencia, característica de la sociedad tradicional. En este tipo de economía, la sociedad produce
los bienes de inmediata necesidad para su subsistencia y su defensa. Acumula excedentes sólo para
un corto período (unos días, unos meses, un año a lo más). El problema del abastecimiento es pues
casi cotidiano. De ahí que ocupe un lugar preponderante tanto en la actividad de cada uno como en el
pensamiento y en las conversaciones de los miembros de este tipo de sociedad. La carestía y el
hambre son una constante amenaza para la economía de subsistencia. Si la caza o la pesca no son
abundantes, o resulta dañada la recolección, puede sobrevenir el desastre a toda una comunidad
humana. Esto explica que, en ciertas sociedades donde la situación es singularmente precaria, la
cualidad principal que s
Una economía simple
La estructura económica de la sociedad tradicional es simple, porque, para satisfacer sus necesidades,
los miembros de esa sociedad utilizan directamente los bienes que les’ proporciona la naturaleza. Es
raro, sin embargo, que una de esas actividades no sea predominante, pasando a desempeñar la otra o
las otras una función complementaria. La adopción de la agricultura es singularmente importante, por
cuanto determina el paso de una sociedad nómada a una sociedad sedentaria. Nos referimos a la
tecnología arcaica empleada en esas diversas actividades productivas. Tareas diferentes son confiadas
a los hombres y a las mujeres. Los niños y los ancianos cultivan actividades más simples o menos
fatigosas.
Una sociedad reducida
Explica, en primer lugar, el hecho de que la sociedad tradicional sea siempre numéricamente
reducida y sea muy exigua la densidad de población. Dados los recursos naturales con que cuenta
para sobrevivir y la tecnología arcaica de que dispone, la sociedad tradicional debe disponer de un
territorio suficientemente vasto con respecto a su población. Por otra parte, el crecimiento
demográfico de este tipo de sociedad no puede ser rápido. Existe pues un índice demográfico máximo
u óptimo que toda sociedad tradicional está obligada a respetar.
LA ORGANIZACIÓN SOCIAL DE LA SOCIEDAD TRADICIONAL
La parentela
La parentela se funda en el reconocimiento de los lazos de la sangre y de los vínculos de alianza, por el
matrimonio, que unen a un conjunto de personas. Por su pertenencia a una parentela, toda persona se
ve obligada a alimentar ciertos sentimientos con respecto a diversas personas, a prestar más respeto a
unos individuos que a otros, a ayudar a determinadas personas en mayor medida que a otras, etc.
Funciones de la parentela
En la sociedad tradicional, la parentela desempeña importantísimas funciones. No pertenecer a grupo
alguno de parentela, en una sociedad tradicional, es ser un extranjero, lo que a menudo equivale a ser
un enemigo, siquiera potencial. En caso de necesidad, siempre puede contarse con la ayuda de los
miembros de la parentela. Pero, por encima de todo, cabe decir que la parentela constituye en casi
todas las sociedades tradicionales el esqueleto de la organización social. Incluso se da el caso de que la
división en grupos de parentela se concretice en la ordenación física del poblado y en la localización de
las residencias, a fin de asegurar que los miembros de un mismo clan o de una misma «mitad» sean
vecinos.
Complejidad de las formas de parentela
Contrariamente a su estructura económica, la organización social de las sociedades tradicionales es a
menudo harto compleja, por cuanto las formas de parentela son a su vez complejas. El antropólogo
norteamericano Murdock ha demostrado que no existen menos de veinte tipos principales de formas
de parentela, con diferentes variantes 6• En la práctica, el antropólogo que entra en contacto con una
nueva sociedad debe a menudo consagrar mucho tiempo a la tarea de desmadejar los lazos de la
parentela, lazos que cada miembro de la sociedad parece sin embargo comprçnder con meridiana
claridad.
Las categorías y grupos de edad
El segundo eje de la organización social de las sociedad, tradicionales es el de las categorías y grupos
de edad que horizontalmente los grupos de parentela. En la sociedad tradicional, derechos y
obligaciones son inherentes a las varias etapas de la vida humana. Estos derechos y deberes han
dado lugar, en todas las sociedades tradicionales, a un rico simbolismo destinados a expresarlos,
hecho que prueba su importancia.
En Francia
Un pasaje del libro de André Varagnac, De la préhistoire monde moderne, resume perfectamente la
historia y el lugar de las categorías de edad en las sociedades tradicionales. En otra obra suya, nos
ofrece un magnífico ejemplo de las categorías y grupos de edad en el antiguo campesinado francés.
Éstos forman, durante su primer año de matrimonio, una categoría particular, intermedia entre la
juventud y la edad madura. El matrimonio del último hijo señala el paso a esta categoría de edad.
En Quebec
Varagnac insiste en el hecho de que las categorías de edad no eran las mismas en todo el campesinado
francés. Se trata de un período de relativa independencia unida al aprendizaje del que se hacen cargo
los progenitores, así como los hermanos y hermanas de más edad. Varagnac no había distinguido entre
adolescentes y jóvenes, distinción claramente yada por Miner. El paso a esta categoría de edad se
traduce progresivamente por los cambios en el modo de vestir, por el derecho a fumar en el caso del
muchacho, por el inicio de las reflaciones y sobre todo por las responsabilidades crecientes lis
preparación de su futuro. El matrimonio del último hijo no parece haber tenido en St-Denis la
importancia que revestía entre el campesinado francés. Tal vez en el momento en que el anciano
matrimonio cede sus tierras y sus bienes al hijo que habrá de va- cederle, accede al retiro, en cuyo
transcurso se ocupará de prepararse bien para la muerte y asegurar su salvación eterna.
Globalismo de la organización social
Este hecho, por lo demás, nos lleva a comprobar que, en líneas generales, la organización social de las
sociedades tradicionales está estrechamente vinculada a lo sagrado. Tales fiestas tienen a menudo por
objeto a una categoría o a un grupo de la organización social, pueden imponer a los padres o a una
categoría de edad responsabi1idades bastante pesadas en lo que atañe a la preparación y al desarrollo
de las ceremonias rituales . El hombre de la sociedad tradicional obedece a unas normas, a unos
modelos de conducta, que le son impuestos en nombre de lo sagrado y en nombre de la sociedad a la
vez.
El control social
En una comunidad reducida, que vive replegada sobre sí misma, el control de cada individuo por todos
los demás se ejerce de una manera casi constante. Entre los mecanismos de control existentes en la
sociedad tradicional, debemos otorgar un lugar particular al «comadreo», estudiado por varios
antropólogos. Aporta un elemento de novedad y de diversión a una vida social que a menudo carece de
ellas, tanto más cuanto que la imaginación no deja de mezclarse en todo ello. Se comprende, pues, que
el comadreo constituya un poderoso factor de control social. Por consiguiente, puede afirmarse que
cada miembro de la sociedad tradicional pertenece a ésta de una manera global e incondicional.
LA MENTALIDAD DE LA SOCIEDAD TRADICIONAL
El empirismo
Lévy-Bruhl ha sido sin duda el representante más típico de esta teoría. Lévy-Bruhl oponía a la
«mentalidad lógica» de la civilización occidental la «mentalidad prelógica» del hombre primitivo,
alegando que esta última operaba sobre la base de ciertos principios fundamentalmente diferentes de
los principios de. Lévy-Bruhl concluía con la afirmación de que ambas mentalidades son
definitivamente irreconciliables.
Naturaleza del empirismo tradicional
Puede efectuar buen número de trabajos , casa, sin contar para ello con un bagaje teórico complicado,
E ingeniero, aun cuando a veces se vea superado por el en lo que atañe a la buena conservación de su
propia casa, pone sin embargo, conocimientos teóricos y experimentales más avanzadas que le
permiten concebir y dirigir vastos trabajos. Los conocim3ess del chapucero no son menos
científicamente válidos que los del ingeniero.
El conservadurísmo
Ponen en entre dicho y pueden destruir la base misma del orden intelectual y de la relación mental y
práctica con las cosas. El conservadurismo característico b mentalidad tradicional es, pues,
básicamente una protección contra todo lo que amenaza a la tradición como base del orden intelectual
y de la adaptación felizmente conseguida al orden natural.
El pensamiento mítico
El primero sabe de la existencia de una ciencia teórica que ignora o conoce poco, pero que respeta.
Porque en la sociedad tradicional, la mitología hace las veces de ciencia 6ñca. En la sociedad
tradicional, la mitología hace, a un tiempo, las veces de ciencia natural, de historia y de ciencia social.
De este modo, la mitología contribuye a fundar la tradición en un orden humano y suprahumano a la
vez, en el que se conjugan lo sagrado, lo cotidiano y útil.
Relaciones de lo sagrado y de lo profano
Mircea Eliade ha ilustrado abundantemente cómo, en la mentalidad tradicional, los objetos y los
acontecimientos remiten a «otra cosa», a un orden invisible que existe y discurre paralelamente al
orden visible, orden invisible del que este último forma parte, puesto que lo aparente no es más que
una parte del cosmos total, del que otra parte no menos real permanece oculta a nuestros ojos. Otro
tanto cabe decir de la vida colectiva, que se adapta también a un modelo invisible. Las clases de la
sociedad, la disribuci6n de las casas, el cielo del año o de la vida humana están calcados sobre el orden
sagrado. Así se comO prende mejor lo que antes hemos dado en llamar el «globalismo» de la
organización social de la sociedad tradicional, su carácter unitario, a cuyo respecto el pensamiento
mítico es a un tiempo el origen y el soporte.
El pensamiento mágico
En el contexto del pensamiento mítico y sagrado, la magia, tan presente siempre en la vida de la
sociedad tradicional, resulta comprensible. La magia consiste esencialmente en la manipulación, por
el hombre, de fuerzas o energías invisibles, depositadas desde el principio en las cosas o que,
simplemente, forman parte de la naturaleza de éstas. La magia tiene pues, como la técnica y los
conocimientos empíricos, un objetivo práctico de aplicación; Como muy bien ha demostrado
Malinowski, la magia no sustituye sin embargo a la técnica ni desprecia la ciencia empírica, sino que
más bien las completa y prolonga. La magia es a la ci6n lo que el mito es al pensamiento.
II. LA SOCIEDAD TECNOLÓGICA
LA ESTRUCTURA ECONÓMICA DE LA SOCIEDAD ‘FECNOLÓGICA
Medio natural y medio técnico
El medio natural es aquel en el que el hombre vive m contacto directo e inmediato con la naturaleza,
cuyos ritmos asume adaptándose a las exigencias e imposiciones del entorno físico. El hombre no
depende ya de la naturaleza, sino que tiende más bien a someterla a sus propias necesidades, a sus
deseos, a sus ambiciones. Explota la naturaleza en la acepción literal de la palabra, la domina y la
utiliza para sus propios fines.
Medio técnico y economía de producción
La economía tecnológica es una economía de producción, economía que se caracteriza por una
productividad muy elevada del trabajo humano, que completa el empleo de la máquina, de la
electricidad, de la electrónica, de la energía nuclear. Tres factores más de productividad elevada En
segundo lugar, la economía tecnológica sólo ha sido posible gracias a una división cada vez mayor del
trabajo. En tercer lugar, la sociedad tecnológica ha operado un considerable desplazamiento de la
mano de obra, del sector de producción llamado primario a los sectores secundario y terciario.
Elevación constante de las necesidades de consumo
Merece subrayarse, en fin, una última característica de la economía industrial, a saber, el hecho de
que la expansión sostenida de semejante economía descansa, en definitiva, sobre una elevación
constante de las necesidades de consumo. En la sociedad industrial, esta movilidad del nivel de las
necesidades constituye el resorte principal de aquello que los economistas dan en llamar la
elasticidad de la demanda, factor esencial a la expansión industrial. He aquí una situación inversa a la
que prevalece en la sociedad tradicional, sociedad en la que el nivel de las necesidades es bajo y casi
estable.
LA ORGANIZACIÓN SOCIAL D1 LA SOC1LDAD TFCNOLÓGICA
Una organización social compleja
Resulta bastante fácil discernir determinados ejes de la organización social de la sociedad tradicional,
como la parentela y los grupos de edad; pero la cosa es ya mucho más difícil en el caso de la sociedad
tecnológica. Muchos sociólogos han evidenciado la multiplicidad de los roles que debe asumir una
misma persona en la sociedad tecnológica. Semejante sociedad impone pues a sus miembros un
considerable número de relaciones calificativas por Parsons de «específicas», es decir, unas relaciones
en las que la persona compromete solamente una parte de sí misma. Debe asimismo adaptarse a unas
reglas que Parsons denomina «universalistas», por cuanto ‘el particularismo equivaldría a una auténtica
anarquía.
Una sociedad polarizada en torno a la producción
Sin embargo, en caso de tener que condensar en una fórmula lo que caracteriza a la organización de la
sociedad tecnológica, diríamos que dicha sociedad gira principalmente en torno a la producción a sus
condiciones y a sus consecuencias. Tal es la razón de que la sociedad tecnológica se caracterice en
particular por el lugar preponderante que ocupan el mundo del trabajo y, por esto mismo, la estructura
y la organización económicas. Sólo se advierte, como se ha dicho ya, una estructura económica
rudimentaria y simple. A nadie debe, pues, sorprender que Marx haya atribuido al trabajo productivo y a
la praxis un lugar central en su definición del hombre, ni que haya prestado a lo económico un papel
preponderante en la historia humana.
Predominio del «status» adquirido
Esto ha hecho decir a Ralph Linton21 que, en este tipo de sociedad, la persona goza de un status
asignado , es decir, un status social que recibe al nacer o al acceder a las diferentes etapas de su vida,
sin tener que ganarlo ni necesariamente merecerlo . Se trata, pues, de un status que puede «mejorar»,
en caso de que el sujeto lo desee o sea capaz de ello.
Una sociedad profesionalizada
Por tratarse de una sociedad de producción, la sociedad tecnológica es, desde el punto de vista
sociológico, una sociedad profesionalizada. Esa omnipresencia es la que, de otro lado, determina el
hecho de que con respecto a esa red de ocupaciones deba cada persona definir su identidad social y
la de los demás. Las ocupaciones de la sociedad tecnológica, aunque numerosas y diversificadas, se
distribuyen, sin embargo, conforme a un jerárquico. Sorprende comprobar cómo, sin previo acuerdo,
los miembros de una sociedad tecnológica tienen todos metida en la cabeza idéntica representación
de la distribución jerárquica de las ocasiones.
Una sociedad burocratizada
Max Weber es sin duda el autor que más profundamente ha analizado la burocracia occidental, y la
burocracia en general. A él en particular se debe la confección del cuadro de los rasgos principales de
una burocracia «en estado puro». Una vez más, se trata de las características propias de una
burocracia «en estado puro».
Una sociedad urbana
Un universo del trabajo profesionalizado y burocratizado supone fuertes concentraciones de
población: la sociedad tecnológica es, pues, necesariamente una sociedad urbana. Por lo demás, la
gran ciudad es tal vez el símbolo más aparente y la realidad más impresionante de la sociedad
tecnológica.
Predominio de la estructura económica
El predominio del mundo del trabajo va necesariamente acompañado de un predominio de la
estructura económica, en la organización social. El lugar que ocupa la estructura económica en la
sociedad tecnológica se evidencia por varios indicios. Conocidos son, por ejemplo, los hobbys de toda
índole que rodean al gobierno de los Estados Unidos. El tiempo consagrado al trabajo, la competencia
del trabajador, su experiencia, su antigüedad, los servicios prestados anteriormente, todo se calcula
en valor monetario, que se convierte así en el patrón principal: «un hombre vale tanto», «cada año de
experiencia vale tanto», «una consulta vale tanto o tanto, según requiera una hora o una jornada
entera de trabajo», «el tiempo es oro».
Una sociedad de clases
Las clases sociales constituyen otra realidad socioeconómica de primera importancia en la sociedad
tecnológica. Sus raíces como muy bien demostró Marx, se encuentran en las relaciones de
producción y en el acceso diferencial a los medios de producción. Las clases sociales se dan
simultáneamente en las estructuras en el mundo del trabajo y en la totalidad de la organización.
Derivan de situaciones económicas diferentes entre quienes detentan los medios de diversos grupos
de trabajadores .
Asociaciones voluntarias y movimientos sociales
La toma de conciencia de intereses comunes no es, sin embargo, exclusiva de las clases sociales.
También ha dado lugar a un buen primero de asociaciones voluntaria y de movimientos sociales de
vida índole, desde el partido político basta las sociedades secretas de cooperación o de conspiración,
pasando por los sindicatos,
Multiplicidad de las élites
Entendemos por élites a las personas o grupos que representan o ¿icen representar a una comunidad
cualquiera . El sistema de las élites es relativamente simple y generalmente estable en la sociedad
tradición mientras que, en la sociedad tecnológica, es sumamente compleja y variable.
LA MENTALIDAD DE LA SOCIEDAD TECNOLÓGICA
Desmitificación de los conocimientos: la racionalidad
La racionalidad se basa en la convicción de que las cosas tienen su explicación en sí mismas, y no fuera
de ellas, ni en el mito ni en la tradición. En el terreno de la acción práctica, la racionalidad entraña la
búsqueda constante de los medios más objetivamente eficaces con miras a unos objetivos definidos
como realizables. Esta actitud mental y práctica de racionalidad está, evidentemente, en el origen de la
revolución industrial y del progreso científico y técnico.
Fe en la ciencia y en el progreso
La racionalidad se reduce pues, en definitiva, a la fe en la ciencia, que es sin duda el fundamento
principal y el rasgo más característico de la mentalidad tecnológica. Por lo demás, la ciencia es
aceptada y reconocida como siempre movible, cambiante, en estado de constante progreso. La fe en la
ciencia desemboca pues necesariamente en la fe en el progreso, y en el progreso indefinido. Porque, a
sus ojos, ningún problema científico puede mantenerse largo tiempo sin solución.
Valoración de la instrucción
En muchos países, se ha dado una larga oposición a la ley que impone a cada niño la escolaridad
obligatoria hasta una determinada edad, por considerarla un atentado, al derecho de la familia. Dicha
ley existe actualmente en todos los países industrializados y en muchos países en vías de desarrollo
porque se estima que la instrucción es un derecho de la pero, hasta constituye un deber de la persona.
Hervidero de ideas
Cuanto más la sociedad tecnológica desarrolla y generaliza la instrucción, tanto más crea nuevas
fuentes de espíritu crítico, de aspiraciones a la libertad de pensamiento y de expresión, y, por vía de
consecuencia, de conflictos de valores. Es pues un tipo de sociedad que exige de sus miembros una
considerable adaptabilidad a la novedad, y la capa2dad de defenderse contra la inseguridad psíquica
resultante de la misma. Desde este punto de vista, la sociedad tecnológica no infunde tanta
«seguridad» en sus miembros como la sociedad tradicional.
Desmitificación moral: la secularización
La desmitificación del mundo por la racionalidad y por la ciencia ha entrañado una radical
transformación de los fundamentos de la vida moral, transformación a la que se ha creído poder dar el
nombre de secularización. En efecto, se observa en la mentalidad tecnológica una debilitación de las
motivaciones que cabría calificar como «de inspiración metasocial», es decir, de las motivaciones que
se inspiran en imperativos morales basados en consideraciones mitológicas o teológicas, en aras de
una moral más exclusivamente social.
Distinción entre lo sagrado y lo profano
No significa esto necesariamente que la religión esté en trance de desaparecer de la sociedad
tecnológica. Es innegable que la vida religiosa sigue existiendo. En ciertos casos, se advierte incluso un
resurgimiento de la vida y de las actividades religiosas. La vida religiosa no posee ya, como en la
sociedad tradicional, un carácter colectivo y societario. Esta distinción se evidencia en las instituciones,
que pierden la connotación religiosa o confesional que antes poseían , y en la actividad diaria de las
personas, en donde la vida religiosa asume un carácter más individualista y en cierto modo más
interiorizado.
Pluralismo religioso y moral
En segundo lugar, la secularización de la sociedad tecnológica reviste asimismo la forma del pluralismo
religioso y moral. Tanto en el terreno religioso como en el moral, el espíritu crítico y la libertad de
pensamiento entrañan una gran diversidad de opciones personales, un fraccionamiento de las
solidaridades religiosas y una multiplicidad de actitudes morales diversas y hasta contradictorias a
veces. En la primera, coexisten «credos» diferentes, conductas que se inspiran en valores y en morales
también diferentes, circunstancia que determina incluso la constitución de «subculturas», observables
sobre todo en este tipo de sociedad.
Sentimiento de superioridad
Si en la sociedad tradicional se asimila la humanidad a la tribu, en la sociedad tecnológica se tiene la
convicción de monopolizar la luz, la ciencia y la verdad. En realidad, de la gran ciudad, centro cerebral y
neurálgico de la sociedad tecnológica, suelen partir y difundirse las ideas nuevas, los movimientos de
reforma, las modas, etç. La cultura tecnológica y urbana es de índole propia para penetrar y
apoderarse de las sociedades tradicionales circundantes.
III TIPOS IDEALES Y SUBTIPOS
Dos tipos ideales
Los dos tipos de sociedad antes descritos son en realidad, construcciones mentales, denominadas o
Max Weber "tipos ideales". Tipos ideales, no en el sentido d i Max Weber sino en el sentido de «tipos
puros> Po; superlore•s y ejeiivzi concreta corresponde en todos sus >a os que ninguna boran
evidentemente a partir de p tos Los tipos idea!es e de sociedades reales, pero cuyos servaciones
empíricas rd denados con la intención de llevar ementos son bosquejados
SOCIEDADES ARCAICAS Y SOCIEDADES CAMPESINAS
Modos de subsistencia y tecnología
En primer lugar, la sociedad campesina está necesariamente integrada por agricultores y pastores, mientras
que la sociedad arcaica suele buscar su subsistencia en la caza y en la pesca. A la par con la domesticación de
animales, la sociedad campesina se beneficia de un utillaje más considerable y más perfeccionado que la
sociedad arcaica. En la sociedad arcaica, la propiedad del suelo, cuando existe, es mucho más desdibujada,
más flexible, y jamás está regulada por un derecho tan detallado como el vigente en la sociedad campesina.
Relaciones con la ciudad
La segunda diferencia entre la sociedad campesina y la sociedad arcaica estriba en el hecho de que la
primera se sitúa generalmente en la órbita de centros urbanos y en el marco de una «gran civilización»,
mientras que la segunda está aislada, encerrada en sí misma, con su gobierno propio, con sus leyes
peculiares, sin más relaciones que las mantenidas con algunas sociedades cercanas ¿e su misma
especie. La sociedad campesina, en cambio, conoce la cít4d.
Estudios antropológicos y sociológicos de las sociedades campesinos
Cuando Redfleld describe lo que él da en llamar folk society, está claro que piensa sobre todo y quizá
exclusivamente en la sociedad arcaica. En ocasión de su estudio sobre la aldea mexicana de Tepóztlafl,
al nos hemos referido anteriormente, Redíield saca la conclusión al que la sociedad campesina
constituye un tipo de sociedad «intermedia entre la tribu y la sociedad moderna» u, idea que luego ha
desarrollado y sistematizado u, Algunos antropólogos y ciertos geógrafos son sobre todo quienes
estudian hoy los medios rurales. Los 5ociólogos, por su parte, se han consagrado más bien al análisis &
la sociedad tecnológica y urbana, descuidando quizá demasiado tos medios rurales.
Organización social
La ciudad preindustrial nunca alcanzó las proporciones de Ja ciudad moderna: sólo unas pocas
contaron con más de 100 000 habitantes, oscilando la mayoría entre los 5000 y los 10 000. Su
organización está rígidamente jerarquizada en clases y (o) en castas: en la cúspide, urja reducida clase
o casta dominante, rica y poderosa; a veces, una cierta clase media; un grupo aún más desfavorecido
de parias, y, en algunas ocasiones, una masa de esclavos. La movilidad social es casi inexistente: se vive
y se muere en la clase o casta en que se ha nacido.
Estructura económica
Desde el punto de vista político, el poder es generalmente autoritario y no democrático. El monarca se
rodea a menudo de una corte de grandes señores y se hace asistir .por un personal de burócratas
reclutados conforme a unas bases más particularistas que universalistas: el nacimiento cuenta mucho,
pero también es posible comprar plazas de burócratas.
Ciudad preindustrial, sociedad tradicional y sociedad tecnológica
Difiere de ella, sin embargo, por la concentración de la población, por los modos de vida, por la
impermeabilidad que distingue a los grupos constitucional de la sociedad. Pero la ciudad preindustrial
es ya un «medio orgánico» que prefigura la ciudad moderna. Por otra parte, la ciudad preindustrial se
distingue también la ciudad moderna, en particular por su economía artesana, w ínfimo nivel de vida
para la inmensa mayoría de sus habitantes. dobla en dos subtipos, la ciudad preindustrial y la ciudad
moderado muy diferentes la una de la otra.
El debate Lewis-Redfield
tradicional y sociedad tecnológica (o sociedad urbana, o sociedad industrial, según los autores) ha sido
objeto de diversos ataques por parte de algunos sociólogos y antropólogos y ha dado lugar a
encendidos debates. El ataque más violento viene indiscutiblemente del antropólogo Oscar Lewis que,
veinte años después de Robert Çld, r elaboró el estudio de la misma aldea mexicana,
Doble condición de validez de esta tipología
En primer lugar, que los dos tipos de sociedad pueden coexistir en el seno de una misma sociedad global
concreta. En efecto, puede afirmarse que, si bien hay sociedades que son exclusivamente tradicionales,
no hay ninguna, sin embargo, que sea íntegramente una sociedad tecnológica. En segundo lugar, es
necesario subrayar la existencia de no pocas variantes en la sociedad tradicional. La sociedad
tecnológica, por su parte, parece también encaminarse hacia la diversificación. Pero, para completar el
cuadro bosquejado en las páginas precedentes, presentaremos los principales subtipos de sociedad
tradicional y de sociedad tecnológica.