En el agua que poseemos se encuentran muchos iones disueltos que nos permiten realizar nuestras funciones
correctamente. Para que esto pueda llevarse a acabo es necesario que exista un intercambio de los mismos
entre nosotros y el medio, pues si no se realiza los desechos tóxicos que producimos nos impidieron vivir.
En los animales acuáticos, el sistema de intercambio con el que cuentan para excretar
los desechos son las branquias, por medio de estas pierden y ganan sales como es el
caso del NaCl y excretan algunos compuestos nitrogenados como es la urea.
Los anfibios por su parte también excretan producto nitrogenados pero
estos a diferencia de los peces, es por medio de la orina o por su piel.
Los mamíferos y aves tenemos la capacidad de regular nuestra temperatura corporal, lo cual provoca que
generemos una alta cantidad de compuestos nitrogenados que también eliminamos por la orina.
Regulación de la temperatura
La temperatura es un factor muy importante a tomar en cuenta en todos los seres vivos, pues la gran mayoría
necesitan mantener un equilibrio en su temperatura para poder llevar a cabo sus funciones vitales de manera correcta
Los endotermos y cuentan con procesos que permiten generar y regular el calor que producen. Este tipo de
característica tiene en cuenta la temperatura del ambiente en el que habitan, pues si ésta sube, cada organismo
debe hacer todo por bajar la suya para mantener el equilibrio, de igual forma si la temperatura ambiental baja.
En los ectotermos su temperatura corporal está en función de la ambiental, esto puede ser
contraproducente pues si existe un cambio climático radical en su hábitat puede provocarles la muerte.
Regulación de la presión
Es un factor crucial para la sobrevivencia animal pues cada ser vivo tiene la capacidad de regular en función de nuestra actividad.
Si un animal se encuentra en estado de reposo y pasa a un estado de movimiento o alerta su presión cambia debido a que aumenta la frecuencia
cardiaca, el sistema nervioso es el que se encarga de regular estos cambios y mantener la presión en niveles adecuados según nuestros requerimientos
Los vertebrados contamos con receptores de presión en nuestras paredes arteriales y en el corazón, que se encargan de estimular los nervios y
reducir o aumentar la presión