La Psicología Humanista es un movimiento que aparece en los años 60 del siglo XX en respuesta a
los modelos terapéuticos de entonces: el conductista por su rigidez y el psicoanálisis por su
énfasis en la patología de tipo más bien pesimista. Esta “tercera fuerza” reúne las aportaciones
valiosas de las otras dos e introduce en la práctica terapéutica conceptos como el crecimiento, la
creatividad, el amor, la afectividad o la autorrealización.
Qué plantea la Psicología Humanista
Para la Psicología Humanista el hombre es libre, autodeterminado; su comportamiento y su visión del
mundo son altamente subjetivos e importan en la terapia. El sujeto visto por un humanista es
esencialmente bueno y se desarrolla gracias a su afán de realización.
concepciones claves de los humanistas:
El hombre tiene una tendencia innata a la autoactualización: lo que Carl Rogers, otro de los padres
fundadores del movimiento, llamó tendencia formativa. Implica que el ser humano, después de
tener cubiertas unas necesidades primarias básicas (de nutrición, seguridad, etc) intentará
desarrollar su mejor versión de sí mismo, llegar a su mayor potencial.
De forma innata el hombre el hombre es bueno: con una tendencia natural a ser sano y mantener
relaciones interpersonales significativas.
La enfermedad sobreviene cuando el hombre no es él mismo: cuando no desarrolla todo su
potencial.
La psicología debe ocuparse de la subjetividad: y de la visión que tiene el hombre del mundo. Los
conductistas ignoraban la subjetividad, el humanismo la pone en el centro de todo su hacer.
Importan el hombre y su manera de ver lo que le rodea.
Principios esenciales de la terapia humanista
terapia centrada en la persona de Carl Rogers y otras no directamente humanistas, pero sí
inspiradas en este paradigma, como la terapia gestáltica y las que surgen desde la psicología
positiva. En la actualidad, el famoso coaching bebe directamente del humanismo.
terapia humanista clásica están:
Mantener una actitud de comprensión empática hacia el cliente y su experiencia subjetiva. Respeto
por los valores culturales del cliente y por su libertad de expresión. Explorar los problemas del cliente
de forma auténtica y colaborativa, de manera que se le ayude a ganar en conciencia sobre sí mismo y
en responsabilidad.
Explorar las expectativas y metas del cliente, incluyendo lo que espera obtener del proceso
terapéutico. Estimular la motivación del cliente Clarificar el rol de ayuda del terapeuta, sin interferir
en la autodeterminación del cliente. Negociar un contrato que clarifique hacia dónde quieren ir en la
terapia
Limitaciones y aportes de la Psicología Humanista
ha llegado a nuestros días como un enfoque inspirador, pero con marcadas limitaciones. Entre estas:
Ignora los determinantes biológicos en el ser humano. Conceptos muy poco objetivos y, por lo tanto,
difíciles de demostrar a través del método científico.