Las infecciones de las vías urinarias (IVU) siguen en frecuencia a las del aparato respiratorio. Se
estima que más del 50% de las mujeres sufren al menos un episodio de IVU a lo largo de su vida La
IVU puede localizarse en la uretra (uretritis), la vejiga (cistitis), la próstata (prostatitis) o el riñón
(pielonefritis).
Con independencia de su localización, la IVU se considera complicada en presencia de cualquiera de
los siguientes factores: clínica de más de 7 días de evolución, embarazo, diabetes, insuficiencia renal,
inmunodepresión importante o existencia de una anomalía funcional o anatómica de las vías
urinarias.
CLINICA
CISTITIS
disuria, polaquiuria y micción urgente
Con menor frecuencia: incontinencia,
tenesmo y dolor suprapúbico,
La orina puede ser maloliente y turbia y ocasionalmente hematuria macroscópica
PIELONEFRITIS
Suele comenzar de forma súbita con fiebre elevada, escalofríos y afección del estado general
La distensión de la cápsula renal origina dolor en la fosa
lumbar
El dolor puede irradiar al flanco,
a la fosa ilíaca del mismo lado o
al epigastrio.
La percusión de la fosa
lumbar y la palpación
bimanual suelen ser
dolorosas.
A veces náuseas y vómitos.
puede acompañarse o ir precedido en 1 o 2
días de un síndrome cistítico.
TERCERA EDAD
puede cursar con incontinencia urinaria, dolor
abdominal , confusión, disminución de
movilidad, caídas y deterioro de la función
renal
tratamiento empírico inicial de un
episodio de cistitis no complicada:
fosfomicina trometamol 3 g en dosis
única o nitrofurantoína 100 mg/12 h
durante 5 días.
PIELONEFRITIS
pielonefritis no complicada: régimen domiciliario con
una cefalosporina de tercera
generación vía oral
(cefixima, ceftibuteno o cefditorén
200-400 mg/12 h).
alérgicas a los β-lactámicos:
aminoglucósido en dosis única
diaria durante 2-3 días, seguido
de una fluoroquinolona o de
cotrimoxazol vía oral
PATOGENIA
En condiciones normales la orina y las vías urinarias son estériles.
las vias inferiores pueden estar colonizadas por
Staphylococcus coagulasa-negativa,
difteroides, estreptococos del grupo
viridans y Lactobacillus
Proteus mirabilis,
Klebsiella pneumoniae y
Staphylococcus
saprophyticus
Escherichia coli
A partir del meato
urinario los
microorganismos pueden
ascender a la vejiga
La uretra femenina es
corta y el paso de
microorganismos al
interior de la vejiga es
frecuente,
En el varón, la IVU se da por
manipulación instrumental
de la uretra, prostatitis
crónica o anomalías
urológicas anatómica o
funcional.
Desde la vejiga los microorganismos pueden
alcanzar la pelvis renal por reflujo vesicoureteral o
por su propia movilidad
La endotoxina de los bacilos
gramnegativos disminuye el
peristaltismo ureteral y favorece
la aparición de reflujo
La osmolaridad elevada, el pH
ácido, la hiperamoniemia y el
escaso flujo sanguíneo
característicos de la médula renal
dificultan la actividad de los
leucocitos
permiten el desarrollo de
infección con inóculos
bacterianos muy bajos.
Con menor frecuencia, los
microorganismos alcanzan el riñón por
vía hematógena
estafilocócos (absceso renal o perirrenal), TB,
Salmonella spp. y Candida spp
En la pielonefritis se
observa un infiltrado
inflamatorio con
predominio de
leucocitos
polimorfonucleares,
Localizado en un lóbulo renal y de
aspecto triangular con la base
dirigida hacia fuera.
EPIDEMIOLOGÍA
más del 50% de las mujeres sufren al menos un episodio de
IVU a lo largo de su vida.
En el niño y en el varón
adulto joven, tanto la
bacteriuria como la
infección sintomática son
muy raras
A partir de los 50 años, la prevalencia de IVU en los
varones aumenta paulatinamente en relación con
patología prostática
En la mujer, la prevalencia de IVU pasa del 1%
en la edad escolar al 5% a los 20 años
a los 70 años el 20% de las mujeres y el 10% de
los varones tienen bacteriuria asintomática