Inteligencia lingüística La capacidad de dominar el lenguaje y poder
comunicarnos con los demás es transversal a todas las culturas. Desde
pequeños aprendemos a usar el idioma materno para podernos
comunicar de manera eficaz.
Inteligencia lógico-matemática Durante décadas, la
inteligencia lógico-matemática fue considerada la
inteligencia en bruto. Suponía el axis principal del concepto
de inteligencia, y se empleaba como baremo para detectar
cuán inteligente era una persona.
Inteligencia espacial La habilidad para poder observar el
mundo y los objetos desde diferentes perspectivas está
relacionada con este tipo de inteligencia, en la que destacan
los ajedrecistas y los profesionales de las artes visuales
(pintores, diseñadores, escultores…).
Inteligencia musical La música es un arte universal. Todas las
culturas tienen algún tipo de música, más o menos elaborada, lo
cual lleva a Gardner y sus colaboradores a entender que existe una
inteligencia musical latente en todas las personas.
Inteligencia corporal y cinestésica Las habilidades corporales y
motrices que se requieren para manejar herramientas o para
expresar ciertas emociones representan un aspecto esencial en
el desarrollo de todas las culturas de la historia.
Inteligencia interpersonal La inteligencia interpersonal nos
faculta para poder advertir cosas de las otras personas más allá
de lo que nuestros sentidos logran captar. Se trata de una
inteligencia que permite interpretar las palabras o gestos, o los
objetivos y metas de cada discurso. Más allá de el contínuum
Introversión-Extraversión, la inteligencia interpersonal evalúa la
capacidad para empatizar con las demás personas.
Inteligencia naturalista La inteligencia naturalista permite
detectar, diferenciar y categorizar los aspectos vinculados a la
naturaleza, como por ejemplo las especies animales y vegetales o
fenómenos relacionados con el clima, la geografía o los fenómenos
de la naturaleza.