Razonamiento es el proceso y el resultado de razonar. Este verbo, por su parte, consiste en organizar y
estructurar las ideas para arribar a una conclusión. Por ejemplo: “Creo que tu razonamiento es
incorrecto: Mariano no tendría que haber hecho eso bajo ninguna circunstancia”, “No entiendo cuál es
tu razonamiento”, “Mi hijo, en muchas ocasiones, me sorprende con sus razonamientos”.
El razonamiento argumentativo
en tanto actividad mental se corresponde con la actividad lingüística de argumentar. En otras palabras,
un argumento es la expresión lingüística de un razonamiento.
El razonamiento lógico o causal
es un proceso de lógica mediante el cual, partiendo de uno o más juicios, se deriva la validez, la
posibilidad o la falsedad de otro juicio distinto. El estudio de los argumentos corresponde a la lógica, de
modo que a ella también le corresponde indirectamente el estudio del razonamiento. Por lo general, los
juicios en que se basa un razonamiento expresan conocimientos ya adquiridos o, por lo menos,
postulados como hipótesis.1 Es posible distinguir entre varios tipos de razonamiento lógico.
En un sentido restringido, se llama razonamiento lógico al proceso mental de realizar una inferencia de
una conclusión a partir de un conjunto de premisas. La conclusión puede no ser una consecuencia
lógica de las premisas y aun así dar lugar a un razonamiento, ya que un mal razonamiento aún es un
razonamiento en sentido amplio, no en el sentido de la lógica. Los razonamientos pueden ser válidos
(correctos) o no válidos (incorrectos) dando por todo.