no pudiesen ser desarrollados sin solución de
continuidad hasta agotarlos, sino que
tuvieron que ser abandonados y vueltos a
tratar varias veces conforme se nos iba
presentando ocasión de agregar nuevos datos
para su inteligencia.
El aspecto exterior que un sueño
nos ofrece no tiene que
preocuparnos para nada, puesto
que, sea inteligible o absurdo, claro
o embrollado, no constituye en
ningún modo lo inconsciente
buscado.
Nuestra labor debe
reducirse a
despertar
representaciones
sustitutivas en
derredor de cada
elemento, sin
reflexionar sobre
ellas o buscar si
contienen algo
exacto, ni tampoco
preocuparnos de
averiguar si nos
alejan del elemento
del sueño y hasta
qué punto.
Debe esperarse hasta
que lo inconsciente
oculto y buscado surja
espontáneamente,
como sucedió con la
palabra Mónaco en el
ejemplo de olvido
antes citado.
algo de que dicho
sujeto posee
conocimiento,
pero un
conocimiento
inaccesible para él
elementos
mismos del sueño
y las
representaciones
sustitutivas
obtenidas por
asociación
inaccesible a la
consciencia del
durmiente, o
inconsciente.
Comprendemos ahora que la labor de
interpretación se realiza contra
determinada resistencia, que halla su
expresión en las objeciones críticas de
que hablábamos y es independiente
de las convicciones teóricas del sujeto
Se realiza una
interpretación de los
sueños, cada sueño es
diferente lo cual genera
un estímulo lo cual
representan
realizaciones disfrazadas
de deseos reprimidos.
Todos los sueños son
interpretables
Los sueños infantiles son
breves, claros, coherentes,
fácilmente inteligibles e
inequívocos y, sin embargo, son
sueños
sueños de niños
de cinco a ocho
años
los comienzos de la
actividad psíquica hallamos
toda una serie de sueños
que presentan un carácter
que pudiéramos llamar
infantil lo cual algunas
veces tambien se presentan
en niños de mayor edad
fenómeno onírico
1. Para la interpretación
de los sueños no se
requiere de análisis ni
técnica interpretativa,
lo cual no se debe
someter a
interrogatorio.
Se narra el sueño
mostrándolo como
una reacción del
estado de reposo a
dicho suceso de la vida
despierta.
2. Observamos que estos
sueños infantiles no se
hallan desprovistos de
sentido y que son actos
psíquicos inteligibles y
completos.
4. El sueño infantil es una
reacción a un suceso del día
anterior que deja tras de sí
un deseo insatisfecho, y trae
consigo la realización
directa y no velada de dicho
deseo.
3. Estos sueños
infantiles que no han
sufrido deformación no
precisan de labor
interpretativa alguna, y
en ellos coinciden el
contenido manifiesto y
el latente
5. Partiendo de esta
observación, llegamos,
por el camino más
corto, a determinadas
conclusiones sobre la
función del sueño.
Como reacción a la
excitación psíquica,
debe el sueño tener la
función de alejar tal
excitación, con el fin de
que el reposo pueda
continuar.
6. La circunstancia de ser el
deseo el estímulo del sueño y
su realización el contenido
del mismo, constituye uno de
los caracteres fundamentales
del fenómeno onírico. Otro
carácter no menos constante
consiste en que el sueño no
expresa simplemente un
pensamiento optativo, sino
que muestra el deseo,
realizándose en forma de un
suceso psíquico alucinatorio.
7.Partiendo de estos
dos caracteres del
sueño, podemos
continuar la
comparación del
mismo con la función
fallida. En esta última
distinguimos una
tendencia
perturbadora y otro
perturbada, siendo el
acto fallido mismo
una transacción
entre tales dos
tendencias.
8. Recordad ahora la
esperanza que concebimos
anteriormente de poder
utilizar, como vía de acceso
a la inteligencia de los
problemas oníricos, el
hecho de que ciertos
productos muy
transparentes de la
imaginación han recibido el
nombre de sueños diurnos
o despiertos (Tagträume).
LECCIÓN IX
LA CENSURA DEL SUEÑO
Es éste un medio de supresión de las
excitaciones psíquicas que acuden a
perturbar el reposo, supresión que se
efectúa por medio de la satisfacción
alucinatoria
Siempre que el sueño
manifiesto presenta
lagunas, debemos
atribuirlas a la
intervención de esta
censura onírica.
Este desplazamiento del
centro de gravedad
constituye uno de los
principales medios por los
cuales se efectúa la
deformación de los sueños y
es lo que imprime a los
mismos aquel carácter
singular que los presenta a
los ojos del mismo sujeto
como algo ajeno totalmente
a su propia personalidad.
Las tendencias contra
las cuales se dirige la
censura de los sueños
deben ser descritas,
en principio,
colocándonos desde
el punto de vista de la
instancia
representada por la
censura.
Podremos decir entonces que se trata de tendencias
reprensibles e indecentes desde el punto de vista ético
estético y social.
los efectos de la censura y los
medios de que dispone la
deformación de los sueños son la
omisión, la modificación y la
arbitraria agrupación de los
materiales. La censura misma es
la causa principal o una de las
principales causas de la
deformación onírica