En su relación con el mundo y con los otros, el hombre se pregunta acerca de su propia vida, buscándole
sentido a ella y a todo lo que involucra la realidad.
Esto lo lleva a tomar una postura autorreflexiva, valorando aquellos elementos
fundamentales que lo definen en su libertad, la esperanza, su conciencia, su
capacidad de darle sentido a la realidad, su proyección y su historicidad.
Toda esta realidad ocasiona que el hombre se cuestione quién
es, sus capacidades, la manera en que dispone de todo lo que
hay a su alrededor.
De esta forma, el ser humano se siente impulsado a
desarrollar aquellas potencialidades que le permitan
avanzar aún más en su capacidad de ser y actuar.
En conclusión la cultura teológica busca, entonces, generar un mayor conocimiento de la realidad
espiritual, trascendental, metafísica y religiosa, de modo que pueda ser analizada desde una
perspectiva crítica y permita contribuir, aún más, a las soluciones que, desde diferentes instancias y
épocas de la historia, se le ha intentado dar a esta problemática.
LA PRESENCIA DEL FENÓMENO RELIGIOSO EN EL HOMBRE Y LA HISTORIA.
Cuanto más capaces seamos de comprender racionalmente el mundo y a
nosotros mismos, mejor podremos manejar la historia para nuestros propósitos.
En el mundo parece existir una
correspondencia entre el pasado y el
futuro, que ha dejado de lado el
presente.
Esto se debe en gran parte a
que el presente que vivimos,
influenciado por los medios de
comunicación masivos y por la
dinámica de las redes sociales
y del mundo de opinión,
ofrece una visión que
distorsiona los tiempos
pasado y futuro.
Vivimos en un mundo que obliga
incesantemente a tomar decisiones,
que exige disponer y actuar
la cuestión de Dios?
Dios no es una hipótesis necesaria cuando el mundo y la realidad que se
construyen.Sin embargo, la pregunta por el sentido de la vida rebasa los
términos de una realidad reducida a lo fáctico.
Dios establece con el ser humano un diálogo en el escenario de la trascendencia. Si
bien es cierto que en ella su presencia resulta misteriosa, también es cierto que la
existencia humana lo es.
¿es posible que la vida sea algo
inteligible?
Lo primero indaga por una cierta estructura sobre la que la vida se
levantaría; su máxima es “conócete a ti mismo”.
Lo segundo apunta a las decisiones que comprometen a la existencia a
otorgarle, responsable y libremente, un fin; su máxima es “sé lo que quieras
ser”.
El hombre es un ser a la medida de Dios, su imagen, un ser teologal, que necesita conocer a Dios para
conocerse del todo a sí mismo.
aspectos que se entienden de la afirmación de la tendencia humana por trascender
Que el hombre sea hecho a la medida de Dios, que sea teotrópico y que Dios sea el 16 Perspectivas del
fenómeno religioso en el marco de la cultura teológica fundamento no solo de lo humano sino de la
cultura misma
¿Qué se está entendiendo
aquí por trascender?
Emmanuel Levinas es uno de los filósofos que más se ha preocupado por entender esta afirmación
bajo el concepto de alteridad.
Su comprensión del otro como distinto a mí resulta muy significativa, porque deja en evidencia que
mientras se establezca la diferencia teniendo como sustrato el “ser”, dicha diferencia no es más que
algo fútil. Afirmar que yo “soy” y que el otro “es” diferente a mí, deja al descubierto, según Levinas,
más que una diferencia, una similitud: “¡ser!”.
Tomás de Aquino
Agudeza para entender, capacidad para
asimilar, método y facilidad para
interpretar
la persona se entiende como “lo más perfecto que hay en toda
la naturaleza, o sea, el ser subsistente en la naturaleza
racional”
Con todo esto, queda expresado que cuando se sitúa la trascendencia en el horizonte del hombre, y
cuando se pone la idea y posibilidad de comprender a Dios en la apertura hacia esa trascendencia, la
persona aparece como un ser en crecimiento, que pese a estar determinada por diversos factores,
puede progresar con y por sus acciones.
Gómez de Pedro
Esta vida racional “que nos especifica como personas, no solo nos hace
poseedores de una dignidad inalienable y sujetos de deberes y derechos,
sino que nos introduce en el mundo de la libertad y de la responsabilidad.
LA IDEA Y LA EXPERIENCIA DE LO TRASCEDENTAL
El hombre se diferencia de las demás cosas de este mundo por su
capacidad innata de darles sentido; es él quien posibilita la transformación
del mundo de manera racional para intentar brindarle un mayor sentido a
su vida.
En esta búsqueda de sentido, este se da cuenta que ello no solamente está
posibilitado por la solución de sus necesidades básicas, por la misma
transformación que ejerce de su entorno a través de un trabajo o por su
capacidad de formar y vivir en una familia y en un ambiente social
La religión es la sustancia, el fundamento y la
profundidad de la vida del espíritu humano.
(Tillich en Marquínez, 1982, pp. 71-72)
Hinduismo
Hace que la religión se caracterice, a diferencia de las demás religiones, por no tener un
fundador específico, unos profetas que generen una unidad claramente marcada, ni una
estructura que unifique sus creencias o marque líneas uniformes de vivencia de sus
costumbres
En el sánscrito no existe un término que exprese la
palabra religión ya que para los hindúes las creencias,
vivencias y ritos están íntimamente vinculados al aspecto
social (Delameau, 1997, pp. 263-271).
Las primeras composiciones religiosas corresponden
a los Vedas las cuales datan l entre el 1500 y el 600
a.C.;
El término “veda” es tomado
por los hindúes como
“conocimiento”.
Redactados, entonces, como himnos (1028 en total), están estructurados en
cuatro tipos de colecciones:
Rig Veda Samhita: compuestos en honor a diferentes
personajes divinos y para recordar ciertas sagas de
familias de sacerdotes. Eran recitados en rituales
especiales.
Sama Veda Samhita: canciones que planteaban
instrucciones sobre cómo se debía recitar el Rig Veda.
Yajur Veda: recoge mantras en verso o prosa, los cuales eran dichos
en rituales especiales de la cultura hindú tradicional.
Atharca Veda: himnos y
fórmulas que reflejaban
costumbres populares de los
diferentes pueblos.
Budismo
Doctrina que surgió en el siglo VI a. C., a partir de los planteamientos espirituales de
Siddhartha Gautama que, al igual que el hinduismo, originó con el paso de los siglos
diferentes corrientes de creencias y estilos de comprensión sobre la vida y la manera de
asumirla.
Siddhartha nació en una región del Himalaya, en la
parte noroeste de la India. Aunque no se ha podido
precisar la fecha de su nacimiento ni los datos que
rodean toda su vida (aún se siguen discutiendo la
exactitud de las fechas)
el Budismo plantea cuatro verdades dentro de la existencia humana: la vida del hombre
está influenciada de forma decisiva por el dolor; la causa de este dolor se encuentra en los
deseos que siente toda persona; al controlar los deseos, el ser humano logra controlar el
dolor; y el acceso al nirvana depende del control absoluto de los deseos (Harvey, 1998, pp.
71-93).
A partir de esto, establece, a su vez, ocho caminos (por lo cual
es denominado “el noble camino óctuple”) que conducen al
estado de la iluminación: el recto juicio o entendimiento; el
recto pensamiento; la recta palabra; la recta acción; la recta
ocupación; el recto esfuerzo; la recta atención; y la recta
concentración (pp. 94-98).
Shintoísmo
es una religión que se desarrolló a tal punto que forma una unidad cultural en la nación que la vio
nacer. A diferencia de las religiones monoteístas y el hinduismo, el culto shintoísta se refiere a un ser
superior (kami) que se encuentra en todo.
Su fundamento reside en que ante la incapacidad del hombre
para hacer frente a las fuerzas de la naturaleza, debe venerar a
los espíritus presentes en ella para mantener buenas
relaciones con ellos y así atraer las fuerzas benévolas.
Judaísmo
es quizá la religión que más ha demostrado, a lo largo de la historia, una unidad entre
quienes la comparten. Su comprensión de la relación con la divinidad está marcada por
todo el proceso histórico que ha vivido como pueblo y la manera como Dios se les ha
mostrado en esa misma historia (a lo cual denominan revelación).
Su origen se remonta a unos 40 Perspectivas del
fenómeno religioso en el marco de la cultura
teológica 4000 años atrás, cuando varios grupos
procedentes de la alta Mesopotamia se fueron
estableciendo poco a poco en el territorio que
posteriormente se denominará como Canaán
el judaísmo rompe con las antiguas creencias de
las culturas ancestrales de que son varias las
divinidades que rigen el universo y la historia.
Es Abraham quien interpreta que hay un único dios, Yahvé, quien
los ha escogido como su pueblo y, por tanto, desea que ellos crean
únicamente en él y no en concepciones e imágenes falsas.
Abraham pacta con Yahvé una fidelidad absoluta a cambio de que este
les conceda una larga descendencia y los bienes que requieran para
mantenerse unidos y constantes en sus creencias.
El desarrollo de todo este proceso de la búsqueda de
Yahvé por su pueblo, de la comprensión de todas las
revelaciones que él les quiere hacer y del intento por
cumplir su voluntad aparecen en el texto denominado
Torá, el cual consta de los cinco primeros libros de la
Biblia (Génesis, Éxodo, Levítico, Números y
Deuteronomio).
Islamismo
Normalmente tiende a situarse el origen del islam en el siglo VII, cuando
Muhammad, en el año 610 recibe una serie de revelaciones de Dios que
posteriormente registrará en el libro sagrado de esta religión, el Corán.
El hecho de que dentro de los historiadores del islam se afirme que
Muhammad “nació en lunes, la duodécima noche de rabi´ al-awwal, en el año
del elefante” (Ramadan, 2009, p. 30) hace suponer que el año corresponde al
570.
se vio sometido a la limitación social y
económica de ser huérfano, ya que su padre
murió cuando aún no había nacido y
posteriormente su madre cuando contaba con la
edad de seis años.
Esta religión cuenta con cerca de 800
millones de personas que se declaran
musulmanes
Su cultura se halla unificada en torno a unos pocos
elementos: un credo sencillo y fervorosamente aceptado,
un culto sencillo y escrupuloso, un modo de vida en
común, sujeto a las leyes compartidas y con una lengua
unificadora.
Cristianismo
el cristianismo comparte un tronco común con el judaísmo, ya que
Jesús, el iniciador de esta religión, fue judío y compartió, por tanto, el
fundamento de .sus creencias De acuerdo a los libros que recogen la
experiencia de los apóstoles con Jesús,este quiso vivir el judaísmo
desde la forma en que Dios se comunica y se revela continuamente a
su pueblo;
Jesús vivo y resucitado en la historia de la
humanidad, de forma que dicho cambio los
impulsó a dar testimonio de lo que ellos mismos
sintieron en sus vidas y del mensaje que Jesús
predicó a lo largo de la suya.
Jesús, entonces, pasó de ser llamado por su nombre a
ser llamado el Cristo, que etimológicamente
significaba el ungido, el escogido por Dios, el Mesías; y
es así como a sus seguidores, posteriormente, los
denominaron cristianos.
Es así como el cristianismo considera que la vida
de Jesús fue un continuo cuestionamiento a las
falsas imágenes de Dios, procurando manifestar
el rostro amoroso y misericordioso del Padre
hacia toda la humanidad.
El fin principal de la economía antigua era preparar la
venida de Cristo, redentor universal, y de su reino
mesiánico, anunciarla proféticamente (cf. Lc 24,44; Io
5,39; 1 Petr 1,10)
Nuevos movimientos religiosos
Al comienzo del siglo XVI, la corrupción, decadencia y mundanidad al interior de ciertos sectores del
cristianismo occidental, generaron una ruptura, que fue más allá de lo planteado inicialmente.
1517 Martín Lutero replanteó la doctrina y las
prácticas cristianas, dándose una reforma cuyas tesis
fundamentales eran la sola Escritura como base de
doctrina y disciplina, la justificación por la fe (sola
gracia) y el sacerdocio universal de los creyentes.
También en ese mismo siglo, por problemas entre Enrique
VIII y el papa Clemente VII, sucede una ruptura entre la
Iglesia católica y la corona británica, quedando al frente de
la Iglesia inglesa, el rey.
En el siglo XVII, la Sociedad de amigos, fundada por
George Fox, se proclamó como movimiento no
sectario y no sacramental, basado en la luz interior o
experiencia espiritual.
El unitarismo se convierte en la división más radical
del cristianismo tradicional, al abandonar la doctrina
trinitaria en favor de la creencia de una única persona
divina.
Finalmente, los testigos de Jehová, rama de la
Iglesia adventista y organizada por Charles
Russel, rechaza las nociones de Trinidad,
inmortalidad del alma e infierno.
Aporte de las reflexiones teológicas latinoamericanas a la teología misma
José Arlés Gómez, basado en los planteamientos
que Francisco Zuluaga propone
en su libro Religiosidad popular campesina,
explica las características fundamentales
que se dan en la manera de vivir y comprender
lo religioso desde nuestro contexto
latinoamericano:
1. Un hondo sentido de Dios y dependencia de él, que invade todas
las situaciones de la vida.
2. Fortaleza para la aceptación del dolor y
el sacrificio.
3. Disposición de la ayuda mutua. El pueblo
latinoamericano ha demostrado a través de la
historia que la misma palabra solidaridad se
desprende del sentido histórico de su propio
sufrimiento y que la escasez y la falta de recursos
no ha menguado esa solidaridad.
4. Sentido de lo sagrado en el culto. El sentido de lo sagrado, en contraposición a lo profano, es una
característica primordial para entender la razón de ser de los santuarios y lugares santos […].
Las religiones cristianas, desde la experiencia propia de Latinoamérica, proponen la vida de Jesús
como el paradigma de asumir la vida en continua apertura a la acción de Dios.
El papel de la cultura en la búsqueda y
comprensión de la trascendencia
Según Ángel Díaz Radas, la cultura puede ser una forma de vida social, a la vez que un
conjunto de reglas con las cuales las personas dan forma a sus relaciones y a su acción
social
según Santo Tomás “el bien común es común, no por la comunicación genérica o
específica.Sino por comunicación de finalidad, puesto que el bien común es
también fin común
La teología se encarga de ser mediación entre una determinada matriz
cultural y la función que cumple la religión de permitir que cada persona,
individual y socialmente, pueda encontrarse cara a cara con Dios, y que su
manifestación se haga creíble en la humanización de los hombres y
mujeres.
El papel mediador de la teología
La teología y, de manera particular, la cultura teológica hacen
referencia a una reflexión que intenta mostrar que las personas
están esencialmente abiertas a la pregunta sobre Dios y que ellas
pueden comprender y acceder a una posible revelación en medio
de la historia.
El ecumenismo global y el diálogo interreligioso que se busca entre las
religiones pone su acento en otra cuestión: aprender a conocer y
respetar las creencias del otro, buscando dejar atrás absolutismos y
relativismos
La Escritura
la Escritura ofrece al creyente en su vida de fe no
unos relatos piadosos del pasado, sino que
ofrece un testimonio.
la Escritura se encarga de localizar sus testimonios dentro de la
perspectiva en la cual la persona está buscando sentido a su
propia existencia
Cristo
El papel de Cristo es central al hablar de la revelación cristiana: “la
verdad profunda de Dios y de la salvación del hombre que transmite
la revelación, resplandece en Cristo, mediador y plenitud de toda
revelación”
Cardenal belga Godfried Danneels, considera que es posible afirmar que
una presencia, oculta pero activa, del misterio de Cristo en las otras
tradiciones religiosas, puede llegar a establecer las bases de un diálogo
entre religiones.
Sobre el ecumenismo
Promover la restauración de la unidad entre todos los
cristianos es uno de los fines principales que se ha
propuesto el Sacrosanto Concilio Vaticano II, puesto que
la única es la Iglesia fundada por Cristo Señor, aun
cuando son muchas las comuniones cristianas que se
presentan a los hombres como la herencia de Jesucristo
el Señor de los tiempos, que sabia y pacientemente prosigue
su voluntad de gracia para con nosotros los pecadores, en
nuestros días ha empezado a infundir con mayor abundancia
en los cristianos separados entre sí la compunción de
espíritu y el anhelo de unificación.
Principios católicos sobre el ecumenismo
Unidad y unicidad de la Iglesia
La caridad de Dios hacia nosotros se manifestó en que el Hijo Unigénito de Dios fue
enviado al mundo por el Padre, para que, hecho hombre, regenerara a todo el género
humano con la redención y lo redujera a la unidad.
Jesucristo quiere que su pueblo se desarrolle por medio de la fiel predicación del
Evangelio, y la administración de los sacramentos, y por el gobierno en el amor,
efectuado todo ello por los Apóstoles y sus sucesores, es decir, por los Obispos
con su cabeza
Relación de los hermanos separados con la Iglesia católica
En esta una y única Iglesia de Dios, ya desde los primeros tiempos, se
efectuaron algunas escisiones que el Apóstol condena con severidad, pero en
tiempos sucesivos surgieron discrepancias mayores, separándose de la plena
comunión de la Iglesia no pocas comunidades, a veces no sin responsabilidad
de ambas partes.
Los hermanos separados practican no pocos actos de
culto de la religión cristiana, los cuales, de varias
formas, según la diversa condición de cada Iglesia o
comunidad, pueden, sin duda alguna, producir la vida
de la gracia, y hay que confesar que son aptos para
dejar abierto el acceso a la comunión de la salvación.
Ecumenismo
Hoy, en muchas partes del mundo, por inspiración del
Espíritu Santo, se hacen muchos intentos con la oración, la
palabra y la acción para llegar a aquella plenitud de unidad
que quiere Jesucristo.
Este Sacrosanto Concilio exhorta a todos los fieles
católicos a que, reconociendo los signos de los tiempos,
cooperen diligentemente en la empresa ecuménica.
La práctica del ecumenismo
La unión afecta a todos
El empeño por el restablecimiento de la unión
corresponde a la Iglesia entera, afecta tanto a
los fieles como a los pastores, a cada uno según
su propio valor, ya en la vida cristiana diaria, ya
en las investigaciones teológicas e históricas.
Este interés manifiesta la unión fraterna existente ya
de alguna manera entre todos los cristianos, y
conduce a la plena y perfecta unidad, según la
benevolencia de Dios.
La conversión del corazón
El verdadero ecumenismo no puede darse sin la conversión
interior. En efecto, los deseos de la unidad surgen y maduran
de la renovación del alma, de la abnegación de Sí mismo y de la
efusión generosa de la caridad.
Por eso tenemos que implorar del Espíritu Santo
la gracia de la abnegación sincera, de la
humildad y de la mansedumbre en nuestros
servicios y de la fraterna generosidad del alma
para con los demás.
La oración unánime
Esta conversión del corazón y santidad de vida, juntamente con las oraciones privadas y públicas por la
unidad de los cristianos, han de considerarse como el alma de todo el movimiento ecuménico, y con
razón puede llamarse ecumenismo espiritual.
Es frecuente entre los católicos concurrir a la oración
por la unidad de la Iglesia, que el mismo Salvador dirigió
enardecido al Padre en vísperas de su muerte: “Que
todos sean uno”.
El conocimiento mutuo de los hermanos
Conviene conocer la disposición de ánimo de los hermanos
separados. Para ello se necesita el estudio que hay que realizar
con un alma benévola guiada por la verdad.
Es preciso que los católicos, debidamente
preparados, adquieran mejor conocimiento de la
doctrina y de la historia de la vida espiritual y
cultural, de la psicología religiosa y de la cultura
peculiares de los hermanos.
La formación ecumenista
Es necesario que las instituciones de la sagrada teología y de
las otras disciplinas, sobre todo, históricas, se expliquen
también en sentido ecuménico, para que respondan lo más
posible a la realidad.
Es muy conveniente que los que han
de ser pastores y sacerdotes se
imbuyan de la teología elaborada de
esta forma, con sumo cuidado, y no
polémicamente, máxime en lo que
respecta a las relaciones de los
hermanos separados para con la
Iglesia católica
La forma de expresar y de exponer la doctrina de la fe
En ningún caso debe ser obstáculo para el diálogo con los
hermanos del sistema de exposición de la fe católica. Es
totalmente necesario que se exponga con claridad toda la
doctrina.
La cooperación con los hermanos separados
Todos los cristianos deben confesar delante del mundo entero su fe en Dios uno y trino,
en el Hijo de Dios encarnado, Redentor y Señor nuestro, y con empeño común en su
mutuo aprecio den testimonio de nuestra esperanza, que no confunde.
Las iglesias y las comunidades eclesiales separadas de la sede apostólica romana
Nuestra atención se fija en las dos categorías principales de escisiones que afectan a la túnica
inconsútil de Cristo.
Las primeras tuvieron lugar en el Oriente, a resultas de las declaraciones dogmáticas de los concilios de Efeso y
de Calcedonia, y en tiempos posteriores por la ruptura de la comunidad eclesiástica entre los patriarcas
orientales y la Sede Romana.
Consideración particular de las iglesias orientales
Carácter e historia propia de los orientales
Las Iglesias del Oriente y del Occidente, durante muchos siglos
siguieron su propio camino unidas en la comunión fraterna de la fe y de
la vida sacramental, siendo la Sede Romana, con el consentimiento
común, árbitro si surgía entre ellas algún disentimiento en cuenta a la
fe y a la disciplina.
La Tradición litúrgica y espiritual de los orientales
Todos conocen con cuánto amor los cristianos orientales
celebran el culto litúrgico, sobre todo la celebración
eucarística, fuente de la vida de la Iglesia y prenda de la
gloria futura, por la cual los fieles unidos a su Obispo,
teniendo acogida ante Dios Padre por su Hijo el Verbo
encarnado, muerto y glorificado en la efusión del Espíritu
Santo, consiguen la comunión con la Santísima Trinidad,
hechos “partícipes de la naturaleza divina”.
Disciplina propia de los orientales
Las Iglesias del Oriente, además, desde los primeros tiempos seguían
las disciplinas propias sancionadas por los santos Padres y por los
concilios, incluso ecuménicos.
Carácter propio de los orientales en la exposición de los misterios
Lo que antes hemos dicho acerca de la legítima diversidad, nos es grato
repetirlo también de la diversa exposición de la doctrina teológica,
puesto que en el Oriente y en el Occidente se han seguido diversos pasos
y métodos en la investigación de la verdad revelada y en el
reconocimiento y exposición de lo divino.
Conclusión
Bien considerado todo lo que precede, este Sacrosanto Concilio renueva solemnemente todo lo que han
declarado los sacrosantos concilios anteriores y los Romanos Pontífices; a saber, que para el
restablecimiento y mantenimiento de la comunión y de la unidad es preciso “no imponer ninguna otra
carga más que la necesaria” (Act., 15,28).