Keyloggers: programas que se ejecutan en segundo plano, grabando un
registro con todos los caracteres introducidos por el usuario.
Contraseñas guardadas: Con acceso directo al equipo, no es necesario usar un keylogger
para acceder a las contraseñas almacenadas, por ejemplo, en Firefox.
Contraseña única: Si utilizas una misma contraseña para varias páginas, un webmaster
malintencionado, al registrarte en su web, podría obtener tu contraseña para iniciar sesión en
otras páginas. Por eso, es importante no usar siempre la misma contraseña, así como vigilar en
qué páginas te das de alta.
Contraseña previsible: Dícese de aquella contraseña con la cual no te
has comido demasiado la cabeza para generarla. Ejemplos: nombre
de tu ciudad, mascota, novia, grupo favorito… En resumen, cualquier
palabra que alguien que te conozca mínimamente pueda asociar
contigo.
Listas de palabras: Se trata de listados -enormes- de palabras y contraseñas comunes que se
utilizan probando una a una de forma automática (ataques de diccionario).
Fuerza bruta: Una táctica alternativa a las listas de palabras. Consiste en probar todas la
combinaciones posibles de caracteres hasta dar con la contraseña. Requiere máquinas potentes y
mucho tiempo
Ingeniería social: A veces, no hace falta ser tan tecnológico para obtener la contraseña de alguien.
¿QUE ES UNA CONTRASEÑA SEGURA?
Una longitud mínima de siete caracteres Letras mayúsculas y minúsculas Incluye números Incluye
caracteres no estándar: ñ, $, % ë â… No es ninguna palabra incluida en un diccionario Buscando en
Google, arroja cero resultados
¿COMO CREAR UNA CONTRASEÑA SEGURA?
Crear una contraseña segura es un proceso muy sencillo: para ello existen los
generadores de contraseñas. Ahora bien, ¿realmente necesitas introducir
1ñCb7Hä(-_)`+áç36K}* cada vez que accedes a Gmail? Seguramente no. La contraseña
ideal es aquella que está formada por una palabra o frase inventada de una longitud y
complejidad mínimas y que sólo nosotros conocemos