Es una mentalidad que debería manifestar
cualquier persona en su profesión; el trabajo se
encuentra en el centro de la vida moderna. Si la
educación es preparación para la vida, es
preparación para una vida de trabajo, de buen
trabajo.
Hay personas que trabajan con gran
profesionalidad independientemente de lo
reconocidas que sean. Son expertas,
responsables y dignas del mayor respeto, añaden
una dimensión ética a su trabajo.
Los estudiantes deben entender por qué aprenden lo que aprenden y cómo pueden
aplicar este conocimiento de una forma positiva. Una de las tareas de quien estudia
una disciplina, es entender el mundo.
Pero otra, es utilizar esta comprensión para mejorar la calidad de vida y procurar
que esta comprensión no se use de una forma destructiva. esta es una de las
razones por las que el servicio a la comunidad sería una parte importante del
currículo. Si los estudiantes ven que pueden aplicar sus conocimientos de una
forma constructiva, disfrutarán más, será más fácil que le encuentren un
significado y que descubran las otras facetas de “lo bueno”.
Apoyos para el buen trabajo
El logro de una mente ética es más fácil cuando uno se ha
criado en un entorno donde el buen trabajo es la norma.
Apoyo vertical:La orientación ética empieza en el hogar. Tanto si
observan a sus padres en su lugar de trabajo como si no, los niños
saben que uno de sus padres, o los dos, trabajan. Oyen a sus padres
hablar de su trabajo y ven si se lo to- man en serio, si sólo es un medio
mejor o peor soportado para traer el sustento a casa o si también
posee un significado intrínseco.
Apoyo horizontal: En la sociedad contemporánea los
compañeros y los colegas adquieren una gran importancia.
Ya desde pequeños, los niños suelen «andar» con otros
que tienen más o menos su misma edad. Las conductas y
las creencias de estos compañeros ejercen Una gran
influencia, sobre todo si se considera que tienen más
conocimientos, más prestigio y/o más poder.
Una educación centrada en el buen trabajo
En última instancia, el hecho de que alguien llegue a ser un buen
profesional depende de que esté dispuesto a realizar un buen
trabajo y a no cejar en este propósito.
Para este fin se propuso usa unos
indicadores llamados «las cuatro M»:
Misión: Sea en los estudios o en el
trabajo, la persona debe especificar qué
intenta lograr con su, actividad.
Modelos: Es muy importante entrar en contacto,
bien directamente, bien mediante textos o gráficos,
con personas que encarnen el buen trabajo.
Mirarse al espejo: versión individual. Quien aspire al
buen trabajo hará bien en mirarse al espejo de vez
en cuando para ver si su actuación es correcta.
Mirarse al espejo: responsabilidad profesional. Los
profesionales que empiezan deben centrarse en
trabajar bien. Pero, a la larga, eso no basta.